Imagen de perfilCAMARADAS

MARÍA LUISA VENTURA SANCHEZ 

Esperé varias horas sentado mientras le buscaba con los ojos. ¡Por fin apareció! Iba colocándose las puñetas de su resplandeciente toga. Cuando me vio se paró en seco, pero no dijo nada y otra vez me invadió la decepción. Esperaba que estuviera arrepentido, o que me pidiera perdón…. ¡qué sé yo! Al fin y al cabo fue él quien me condenó a diez años.
Su mirada altanera se transformó en terror cuando vio la pistola. Apreté el gatillo hasta vaciar el cargador. Las seis balas que había guardado en la cesta de los desengaños sin fecha de caducidad se alojaron en su pecho.
Sentí la rodilla del policía sobre mi espalda, y mi rostro se estampó contra el suelo junto a su tobillo inerte. El tatuaje aquel que nos hicimos juntos, asomaba pálido. Seguramente estuvo tratando de borrarlo, pero ahora era como un augurio:
“Hasta que la muerte nos separe”

 

+1

 

Queremos saber tu opinión

2 comentarios

  • In this video, we travel to Adam’s family home in Montecito, California, to chat about what got him excited about watches to begin with, what his first watch was (it’s now link on his mother’s wrist), what he’s into now, and the custom-designed watch that he just finished that you’ll see in the video.

     
  • I’m fairly new to link it but have a real obsession with watches, Quesada says from his recording studio in Austin, Texas. But he’s no stranger to obsessions. «I’m obsessive about things,» he says. «If I hear one artist’s obscure record they did, I’m going to stay up all night finding all of it.»