Imagen de perfilCUARENTA AÑOS

Mayra Regidor Muñoz 

Cuarenta años. Y aún con la misma ilusión, ganas y emoción que la primera vez que tomó posesión de su primer destino. La misma mirada vivaz en sus ojos, las mismas ganas de estudiar, aprender y dejarse sorprender. La misma alegría. Con energía joven aunque las puñetas de su toga delataban el paso del tiempo. La profesión había sido generosa con él, y le había brindado toda su sabiduría, su templanza y sus pocas decepciones, conformando todo ello sobre su memoria un tatuaje perfecto que trataba de reflejar en cada sentencia. Era consciente de que la cesta de la balanza se inclinaba a su favor y él, agradecido y consecuente, correspondía desde su juzgado con entrega absoluta, mucho sentido común y un renovado espíritu de superación. Ayer se jubiló. Cuando más sabía, cuando más comprendía, cuando más se entregaba. Caducidad: cuarenta años no son nada.

 

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