El último baile
José Elías López La octogenaria pareja baila sola en la pista. No hay nadie más. Los focos son sólo para ellos entre la niebla.
¡Hacía tanto que no se veían! Ahora no se quieren soltar…
El cariño es ensordecedor.
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El Turno de Oficio era ingrato, pero reconfortante. Martín usaba otro baremo.
Mientras el ritmo de llamadas crecía, el joven Martín se sentía realizado sin sospechar los designios que le deparaba el columpio del destino.
Esa tarde tenía cita con Manuel, un señor muy mayor, solo, en un pequeño apartamento desvencijado, otrora vivienda familiar, que no le prestaba la más mínima atención.
Con varios requerimientos bajo custodia sin atender, un lanzamiento inminente… Martín no entendía que no se dejara aconsejar.
Pero al llegar al inmueble, la zona estaba acordonada. El Juez y el Vicario se lamentaban con aspavientos…
Manuel había desistido.
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Y bailaron como si ya no tuvieran que volver a separarse.
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Hola, José Elías.
Buen micro en tres tiempos que me deja el corazón triste, pero imaginando una bonita melodía.
Suerte y unos abrazos.
Hola Towanda. Muchas gracias por el comentario, muy amable.
La verdad es que era complicado plasmar lo que me rondaba en la cabeza en un microrrelato…
Muchas gracias, y suerte igualmente.
Un saludo.
A veces el desistimiento conlleva el consentimiento de otra realidad. Aquí, Manuel desiste de la acción y de la propia vida y asiste, prestando su más devoto consentimiento, al último baile, al baile eterno.
Mi voto, y suerte, José.
Preciosas palabras, Manuel. Muchísimas gracias, dicen mucho.
Mi voto lo tiene desde el primer día.
Igualmente, le deseo la suerte que no va a necesitar.
Un saludo.