Protagonista accidental
ELENA BETHENCOURTEl mismo niño me pide que le empuje el columpio por enésima vez. Dejo a mis gemelos solos y lo empujo un poquito más fuerte. Sale disparado y se estrella contra el suelo. Enseguida vienen sus padres, dos policías, una ambulancia y un abogado. Me ponen una denuncia por acoso infantil y una demanda por lesiones.
Sale el vicario de la iglesia con doscientos feligreses y me increpan por abandonar a mis gemelos. Me hacen un juicio mediático exprés y pierdo la custodia de los niños. Con sus absurdos baremos la pensión alimenticia es millonaria.
Muchos adolescentes me graban con el móvil. La noticia se hace viral a un ritmo frenético. No puedo respirar, transpiro y me mareo. La ambulancia se lleva al niño lesionado
Todos señalan el árbol. ¿Dios, pero es que me van a colgar? Ya iba a salir corriendo cuando entre las ramas vislumbré la cámara oculta.
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Elena, muy conseguido ese ambiente agobiante, que nos hace desear el desenlace.
Además de pensar que estamos locos, que sacamos las cosas de madre, que hemos perdido el norte… Y que sin embargo, nada de lo que cuentas nos extraña.
Muy bien soluciondo el desenlace, para reflejar esta vida (de escaparate fotográfico) que llevamos: la cámara oculta.
Un abrazo y suerte.
Gracias, Amparo, por tomarte el tiempo de comentar mi relato y hacerlo además de esa manera.
Y llevas razón, vivimos en un escaparate fotográfico. Ahora cualquiera es paparazzi, en las aulas, en la calle, la playa, el restaurante, toda nuestra vida es expuesta y nuestros errores también.
Un abrazo y gracias otra vez
Hola, Elena.
Me encanta el ritmo impreso a tu micro. Esa locura tras locura que llega a ser frenética.
Enhorabuena, me parece estupendo.
Un abrazo y suertísima.
Muchísimas gracias por tus palabras, Towanda. Lo primero que leí fue tu comentario, ni siquiera sabía que había sido seleccionada, así que tú me diste la sorpresa :-)
Gracias. Un abrazo.
Me lo estaba creyendo todo. Tan real como una cámara oculta.
Un saludo
Gracias, Margarita, a tus pies, siempre.
Un abrazo.
¡Qué angustia, por Dios!. Los parques infantiles ya no serán lo mismo para mí. Esa asociación de ideas columpio-pena capital va a necesitar muchas horas de psicoterapia. ¡Bravo Elena! Te dejo mi voto en el columpio.
Jaja. Lo he encontrado en el columpio, lo he tomado sigilosamente. Gracias. Nos vemos en el parque :-)
Un saludo
«Todos señalan el árbol. ¿Dios, pero es que me van a colgar?…» Jajaja. Lo cierto es que más de uno, al vivir como protagonista, secundario o extra algún juicio verdadero, piensa que también está siendo víctima de una cámara oculta, por lo disparatado de la situación.
Suerte, Elena.
Gracias, Manuel.