SOPORTE VITAL
Isidoro Sánchez TorresEl Decano se sentó a esperar contemplando la inmensa nave por el ventanal. En ella partían los pioneros que se enfrentarían al desafío del siglo: colonizar otro planeta. Un sofisticado algoritmo de inteligencia artificial había seleccionado especialistas de las ramas del conocimiento consideradas imprescindibles para la transformación del nuevo mundo en un nuevo hogar. Y el Derecho no estaba entre ellas.
Comenzó la cuenta atrás y contuvo el aliento. Sus sueños iban a despegar sin él.
No pasó del siete. Las pantallas anunciaron la suspensión del lanzamiento y un funcionario fue en su busca.
—No llevan ni doce horas ahí encerrados y ya hay dos que quieren divorciarse y otro hablando de horas extraordinarias —protestó el coordinador de la expedición—. Necesito una solución rápida y eficiente.
—Admítenos en la tripulación —sugirió.
Claudicó tras unos segundos eternos, tomó el micrófono y gritó:
—Abran las puertas. También van los abogados.
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Qué haríamos nosotros sin un abogado de cabecera. No lo soportaríamos, sin duda. Allá donde vamos nos llevamos nuestras ganas de protestar por todo y más alto que el de al lado.
¡Buen viaje!
Mal pagados y vilipendiados, pero imprescindibles. Allí donde hay sociedad, hay leyes, y donde haya leyes tendrá que haber quien las defienda.
Gracias y suerte.
Hola, Isidoro.
Genial. Se me queda corto el adjetivo, pero este mes leo cosas estupendas.
Suerte y mis aplausos.
Gracias, Towanda.
Efectivamente, un poco encorsetados en el futurismo, pero un gran alarde de imaginación. Que nadie diga que la nuestra es una profesión carca.
Como a ti no te hace falta la suerte, te deseo mucho éxito y merecido reconocimiento.
Abrazos.
Abogados… como el comer. Me uno a tu apuesta por un mundo en que no se nos excluya ja ja.
Imposible. Pueden intentarlo, pero a la vuelta de la primera esquina nos estarían llamando.
Un abrazo, paisano.
Jajaja. Se admite abogado como animal de compañía… en la nave espacial. ¡Mi reino por un… abogado! ¡Ya le vale al algoritmo, excluir a los abogados!
Suerte, Isidoro.
Ja ja ja. En Andalucía dirían que fue un algofistro.
Gracias, Manuel, y mucha mierda para ti también.