LA CONDESA MIENTE
Manuela Fernández ManzanoAntaño, rumores falaces llevaban a jueces y corregidores a decretar el cadalso. Tal cavilación mantenía en vela al reo Melquíades Cañete a la espera del tormento o de un rescate afortunado. Contaron lenguas venenosas que había abordado con ferocidad y en llamativo y grotesco desnudo a la esposa del conde. Esta acusación le colgó el cartel de infame. Mas un pariente, escribano y letrado en Sevilla, acudió a esclarecer su destino. Así dijo:
“Infausto recuerdo para la dama,
cuya templanza se halla aquí presente,
sufrir tal ofensa si no consiente
y vencer la resulta de este drama.
Además de su nebulosa fama,
padece en el pecho este diablo ardiente
un costurón horrible y tan hiriente
que el ánimo del que lo ve, derrama.
¿Qué dice a esto la ofendida dama?
Como ven todos, la condesa asiente;
mas si abro esta camisa de repente
no hallarán la señal que se reclama.”
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Precioso. Qué dominio desfaciendo entuertos. Enhorabuena. Mi voto y mucha suerte.
Cómo te lo has «currado», Manuela! Muy bueno. Mi voto para tu (falsamente) ofendida dama.
Muy contenta de encontrarte aquí, Nicolás. Agradezco mucho tus palabras y tu voto. Precioso es tu Fado. Por cierto, espero que vengan más. Un saludo.
Muchas gracias, Eva. Lo cierto es que he disfrutado mucho escribiendo este micro. Ha sido un pequeño reto. Buscar el desenlace de la historia, contar las sílabas, dar con la rima… Me lo he pasado pipa! Mucha suerte con tu micro porque es francamente bueno. Un abrazo.
Única conclusión de tal prueba «esclareciente»:
sin duda alguna, la condesa miente.
Suerte, Manuela.
Gracias, Manuel, por tus versos y por haberte detenido aquí a leer esta pequeña historia. Siempre es un placer recibir tus comentarios. Espero leerte pronto. Un saludo.
Un relato con pimenta. Muy a la picaresca española. Saludos y mi voto.
Qué gran ilusión me hace, Jorge Luis, que te hayas pasado por aquí y hayas dejado tu comentario. Me encanta. Te lo agradezco de corazón. Espero leerte pronto. Ya sabes cuánto me gustan tus historias y cómo admiro tu forma de contarlas. Un abrazo.
La condesa miente y tú lo bordas. Muy trabajados esos cuartetos. No es fácil lo que has hecho. Enhorabuena
Agradezco en el alma tus palabras, Ángel. Viniendo de alguien a quién admiro tanto son un estímulo aun mayor para seguir contando pequeñas historias. Gracias y un abrazo.