EL HOMBRE Y EL MAR
Javier Puchades SanmartinDesde pequeño, Paco se enamoró del mar. Sería por sus lecturas infantiles o por aquella colección de postales marinas que le gustaba conservar en un manoseado álbum. Al cumplir los diez años, por fin, iría a la playa. Se compró artilugios de pesca y hasta un cubito de plástico para construir castillos de arena. Pero todo se truncó. A principios de verano falleció su padre. Fue como si un vertido ahogase su sueño. Pasaron los años. Estudió Derecho. Al licenciarse, dedicó todo el tiempo a su bufete. Entre pleitos, recursos, apelaciones, diligencias… se le esfumó la vida.
Al jubilarse, se fue de viaje a la costa. Nada más apearse del autobús se dirigió a la playa atraído por el rumor de las olas. Quedó tan obnubilado por aquel manto turquesa que, sin darse cuenta, comenzó a introducirse en el agua. Con la emoción olvidó que no sabía nadar.
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Javier, bonita y triste historia.
Sabes dejarnos «tocados» por tus letras.
Me gusta esa unión reflejada en el título.
Desde el principio, adelantando esa triste unión del final.
Un abrazo y mi voto.
Amparo, muchas gracias por tus palabras y tu voto.
Un beso.
¡Enhorabuena, Javier! Un relato excelente, emotivo y doloroso.
El final cierra el círculo de tu protagonista. Hombre y mar unidos por un mismo destino.
Te deseo muchísima suerte y te dejo mi voto para tu hermosa historia.
Besos muy apretados.
Pilar, muchísimas gracias por tus bellas palabras.
Gracias por tu voto.
Muchos besos.
Preciosa historia!!. Mi enhorabuena y mi voto. Un abrazo!!
Muchas gracias, Juan Manuel, por tu comentario y tu voto.
Un abrazo.
En la buena tradición de «El viejo y el mar», de Hemingway, tu protagonista siente una atracción irresistible hacia el líquido y salado elemento (aunque en el caso de la novela citada se trata de un pez gigante). Las circunstancias conducen a tu personaje a estar separado de lo que debería haber sido parte de su vida, pero a veces las trayectorias se truncan tanto que un hombre de mar como él ni siquiera llegó a aprender a nadar. El final es triste, pero también una consecuencia lógica y tal vez su deseo íntimo, el de terminar fusionado con el espacio del que nunca debió separarse.
Un relato emotivo, que sacude el interior.
Un abrazo y suerte, Javier
Ángel, muchísimas gracias por tus acertadas palabras.
Un abrazo enorme.
Javier, mi voto y un curso de natación para tu protagonista, si no es demasiado tarde. Como siempre espléndido relato.
Esteban muchas gracias por tu comentario y tu voto.
Un abrazo.
Javier, un relato entrañable, y bien contado. Me encanta la frase final. Que la emoción prime sobre la realidad. Enhorabuena, mi voto, y un abrazo.
Nicolas, muchas gracias por tus palabras y tu voto.
Un abrazo.
No hay nada como un amor deseado. Esperemos no llegar a viejos para disfrutarlo. Mi voto y suerte.
Precioso relato, Javier. Tierno, emotivo, con tu toque maestro. Me encanta.
Un voto y un fuerte abrazo.
Buen relato, Javier. Suerte y te sumo otro voto, compañero.
Un saludo!