INFILTRADO
Amparo Martínez AlonsoMi coche eléctrico, además de facilitar el aparcamiento en la ciudad, contribuye a reducir la contaminación. Lamentablemente, desde el accidente del repartidor de pizzas, tengo prohibido utilizarlo. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Ahora vivo en esta urbanización, seguro y en paz. Dispongo de acceso directo al gimnasio, piscina y pista de squash, pero echo de menos el bufete y a los compañeros. La causa del giro que ha sufrido mi vida es esta manía mía de indagar hasta el fondo de la verdad, junto a mi eficaz empeño de complicarme la vida. Me explico: yo era el abogado del taxista que, supuestamente, arrolló al repartidor de pizzas. Procuré no inmiscuirme en el caso, más allá de mi cometido profesional, pero la gabardina a lo Bogart del motorista no encajaba. Investigué, descubrí y me ofrecí a colaborar. Pronto conseguiremos desmontar el entramado de distribución de drogas que… ¡Chisss!… Se acercan.
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Detrás de lo que parece un accidente fortuito existe todo un entramado. Con razón dicen que nada sucede por casualidad. A veces, es mejor cubrir el expediente de la forma más rápida posible, sin entrar en profundidades, pero la verdad debe resplandecer y se sirve de personas con sentido de la moral, como le sucedió a este abogado, metido sin darse casi cuenta a detective, un cordero infiltrado en terreno de depredadores. Ahora, posiblemente, por lo que ha averiguado, se ha convertido tal vez en un elemento a proteger, probable diana de personas sin escrúpulos que no dudarán en aniquilarle para intentar salvar el pellejo. La última frase, sencilla y contundente, compuesta de una exclamación para guardar silencio, unos inquietantes puntos suspensivos y ese tenebroso «se acercan» deja el relato abierto y lo cierra con un buen broche.
Un abrazo, Amparo.
Aveces , en la práctica se difuminan los límites de la profesión. Mi voto a tu infiltrado. Suerte.
Mi voto para ese infiltrado comprometido con la verdad cueste lo que cueste. Un abrazo!!
Muchas veces ni se debe tirar del hilo ni se debe dejar de hacerlo. Un relato muy ingenioso. Mucha suerte para el infiltrado y para ti. Enhorabuena y mi voto.
Tu abogado se implica en exceso y sufre las consecuencias. Pero el mundo es de los valientes…
Buen micro, Amparo.
Mucha suerte y te dejo mi voto en silencio…
Besos apretados.
Vale, ya me voy. Solo me he acercado para votar, y tranquilo, que no voy a decir ni mú.
Un relato llena de intriga, suspense… ¡ De película!
Felicidades, Amparo, me ha encantado.
Mi voto y un abrazo.