ÚLTIMA HORA
Margarita del Brezo«El futuro ha muerto». Es la noticia del día. Nuestro compromiso de cambio para promover su conservación no ha sido suficiente, olvidamos pasar a la acción, explican los eruditos. ¡Qué fastidio! Para no anquilosarme, camino hacia el pasado. Me encuentro con mi padre en el hospital. Aprovecho para despedirme de él. Regreso a mi piso de estudiante. Apoltronados en una estantería verde duermen mis libros de Derecho. Vuelvo a clase, mejoro las notas de los exámenes. Se me empiezan a caer los pantalones, los puños de la camisa cubren mis manos. Sin tiempo que perder, reciclo la basura, evito tirar plásticos al río, planto los árboles recién arrancados, voy al colegio andando, apago luces, cierro grifos y juro que seré abogado otra vez para defender lo importante. Extenuado, me pongo de puntillas y miro por la ventana. A lo lejos, una tenue línea del horizonte se deja ver de nuevo.
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Muy buena tu historia. Si pudiéramos ir hacia atrás en el tiempo, sin duda que lo haríamos mejor de poder volver a cambiar el sentido del tiempo o, quién sabe, igual no. Enhorabuena. Mi voto y mucha suerte.
Supongo que sería más fácil la segunda vez, cuando ya conocemos las consecuencias, aunque tienes razón, igual no.
Gracias, Juan Manuel.
Dicen que sólo el hombre tropieza dos veces en la misma piedra. Aunque, si nos dieran la oportunidad, quizás trataríamos de evitar el segundo tropezón…
Enhorabuena por tu relato, Margarita.
Mi voto y un abrazo.
Me encantaría poder echar el calendario hacia atrás y enmendar los errores porque eso de que se aprende de ellos…, a veces ya no hay tiempo para rectificar.
Gracias por leer y comentar, Ana Isabel.
Un abrazo
Es un relato muy chulo, evocador y sentimental. Mi enhorabuena (y mi voto)
Muchas gracias, José Luis.
Un saludo
Como siempre genial, original, subliminal y todo lo que termine el «al» que se te antoje. Mi voto
En este tiempo preotoñal, me parece fenomenal tu comentario (qué poco inspirada estoy, madremíadelamorhermoso).
Gracias por tu generosidad, Esteban.
Muy bueno, Margarita ! Esa idea de ir hacia atrás como Benjamin Button me ha gustado mucho. Ojalá tuviéramos la habilidad de dar pasos hacia atrás para avanzar más y mejor hacia delante. Suerte.
Ojalá pudiéramos, quisiéramos y supiéramos cómo hacerlo mejor.
Un orgullo verte por aquí, Eva, ¡gracias!
Todos lo hemos pensado alguna vez, ¡cuántas cosas cambiaríamos si pudiéramos volver atrás!
Un relato original. Mucha suerte, Margarita.
Un abrazo.
¿Verdad? Lo malo es que nos acostumbraríamos a volver atrás y ya no le daríamos importancia porque «ya volveré atrás otra vez mañana» y así. Un lío.
Muchas gracias por comentar, Almudena.
Un abrazo
Un relato realmente magnífico, Margarita. No sé si el futuro ha muerto, pero gravemente enfermo sí que está. Sin embargo, y contrariando a otros comentaristas, yo no volvería a hacer nada distinto si pudiera volver atrás. El pasado nos configura, para lo bueno y para lo malo, y en un momento dado, incluso, deja de ser real porque los recuerdos se amoldan a nuestra voluntad. Sin embargo, me quedo con la sutileza de esa línea del horizonte que se atisba… Enhorabuena, mi voto, y un abrazo
El futuro está en las últimas. No sé si habrá un buen desfuturizador que lo desfuturice. O quizá, como bien dices, tendremos que adaptarnos a lo que vendrá y tirar de los recuerdos y la fantasía y la historia. Llevamos evolucionando miles de años; dentro de otros muchos, nuestra vida no será igual, como no lo era antes. Espero que el Planeta también se adapte a nosotros.
Mil gracias, Nicolás, y un abrazo
Soy de los últimos que hicieron eso que llamaban «mili», que generaba muchas conversaciones y batallitas, hoy ya parte de la historia (en algo sí que evolucionamos). Era un lugar común decir algo así como: «Ahora, con lo que sé, si tuviera que empezar otra vez, ya sería otra cosa». La pregunta, bastante apasionante, es: si pudiéramos volver atrás ¿incurriríamos en los mismos errores o habríamos aprendido?
Como el tiempo pasado no vuelve, sí que deberíamos pensar en el futuro, cada vez más amenazador, en lugar de recrearnos en el presente no queriendo mirar más allá.
Una historia original y que hace pensar, llena de buenos ingredientes.
Un abrazo y suerte, Margarita
Somos muchos los que hemos fantaseado con «volver a empezar» con los conocimientos que tenemos ahora. Aunque también te digo que cada vez me da más pereza solo pensarlo.
Estoy con Nicolás en que nuestro pasado nos configura tal y como somos ahora y me aterra pensar en cambiar tan solo una hora de un día de mi infancia porque imagino que entonces podría no estar aquí y ahora o quizá me faltaría alguien especial o… quién sabe.
Ojalá algún día podamos hablar largo y tendido de esto o de la lluvia que está por caer cara a cara.
Un abrazo y mil gracias, Ángel
Un relato esperanzador, aunque me temo que volveríamos a tropezar con la misma piedra…
Muchísima suerte, Margarita. Un voto para la esperanza.
Besos apretados.
Pues posiblemente, Pilar, hasta que no queden piedras en el camino ni nadie que tropezar.
Muchas gracias por comentar.
Un beso
Una curiosa manera «benjaminbuttoniana» de arreglar el futuro desde el pasado. Enhorabuena Margarita. Mi abrazo y mi voto
¿Te imaginas que nos dejasen volver?
Un abrazo, Jerónimo
Enhorabuena, Margarita. Gran tributo al lema manriqueño de »cualquier tiempo pasado fue mejor».
Suerte.
Sobre todo porque conocemos los resultados del partido.
Muchas gracias, Juan Carlos.
Un saludo
Qué bueno, Margarita. Un relato muy personal y diferente a lo que solemos escribir por aquí. ¡Cuánta imaginación! Enhorabuena.
Un abrazo.
Hay que echarle imaginación a la vida. Y al mundo, algo más, porque se nos va de las manos y cualquier día nos daremos cuenta de que ya no hacemos pie.
¡Mil gracias, María!
Un abrazo
Estoy con Esteban, tu relato es muy «al»: Muy accidental, algo brutal, puede que incluso anticonstitucional y por supuesto antinatural,… pero a la vez es un festival bestial y ancestral, lleno de imaginación (que por desgracia no termina en al), siendo el sueño de muchos a los que nos gustaría volver a empezar para cambiar algunas cosillas.
Felicidades Margarita. Mi voto (Y ya llevo tres este mes, jajaja, yo que siempre votaba solo a uno)
Me alegro de que hayas decidido votar a tres (de momento) por la parte que me toca. Eso habla de la calidad de las historias, supongo y, por lo tanto, del rato de disfrute de la lectura. Y además observo que lees también los comentarios, algunos tan buenos como los relatos. Genial, fenomenal y nada casual.
Mil gracias, Guillermo.
Sin futuro, el ser humano pierde su sentido. Nuestros rostros están orientados hacia el futuro. Si el futuro ha muerto (tiempo en pasado), tenemos un fundido en negro. Y no hay horizonte. Pero, tenue, se esboza en tu texto. Suspiramos aliviados.
Gran micro, Margarita.
Mi voto. Y un abrazo.
Sin futuro no hay nada, solo el ayer y el vacío. Ni siquiera es fácil de imaginar porque, supongo, estaríamos muertos. Tan solo los relojes seguirían funcionando, una gran ironía.
Me alegra verte por aquí, Manuel.
Gracias por tus generosos comentarios.
Un abrazo
Ojalá nos paráramos a pensar dos veces las consecuencias de nuestro actos, para así después no tener tanto que lamentar…
Me ha gustado mucho, te dejo mi voto, ¡un saludo Margarita!
A veces no somos conscientes de las consecuencias hasta que no las vemos. Que al menos nos sirva para no repetir los errores.
Muchas gracias por leer y comentar, Laura.
Un saludo
La justicia, ideal de lucha…empuje del deseo que sirve para seguir andando.
Que no nos falten los ideales, los pasos en el camino y la Justicia.
Gracias por leer y comentar, Mariela.
Un saludo
Si no existieras habría que inventarte, Margarita. Gracias por ese futuro tan lindo y esperanzador y por tu precioso relato que me ha dejado una sonrisa en los labios. Besos y mucha suerte. Belén.
Ay, Belén, qué bonito. Con tus palabras me entran ganas de reinventarme, que ya me hace falta, y así recibir al futuro un poco más preparada. Porque sí, porque el futuro va a venir de todas formas. Pongámoselo fácil.
Un montón de besos.