Lección de vida
Alyne MudsMi abogada ejerce una peculiar conciliación entre sus obligaciones legales y nuestra relación personal. Sus visitas hacen mi condena más llevadera y sus consejos me ayudan a vivir con esperanza en el futuro.
– Debes utilizar este encierro para aprender de tus errores, me dice. Nada volverá a ser igual cuando salgas de aquí. Aprovecha los programas de reinserción, fórmate, y podrás empezar una nueva vida cuando recuperes tu libertad.
Su discurso es tan convincente que he decidido estudiar derecho. Ella me anima hablándome de la satisfacción que se siente cuando sales de las tinieblas y ayudas a otros a encontrar su camino. Lo dice como si lo viviera en carne propia, y alguna vez he notado que, a través de los barrotes, pasea la mirada por las paredes de mi celda como si su interior le trajera viejos recuerdos.
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Me encanta tu relato, Alyne. Te deseo suerte y te envío mi voto. Un abrazo.
Me alegro. Muchas gracias Ana Isabel.
Hay lecciones duras. Espero que no todas terminen (o comiencen) con la visión entorpecida por una reja. Mucha suerte, y mi voto.
¡Por Dios, no! :D :D :D
Gracias por tu voto.
Cocinero antes que fraile; presidiaria antes que abogada en tu micro, Alyne.
Un relato sólido.
Suerte.
Gracias Manuel. Como dicen los ministros de una religión muy conocida: «los caminos del señor.son insondables»… Jajajaja
Todos tenemos un pasado y, si lo recordamos, siempre tiene utilidad. Buen relato. Enhorabuena, mi voto y un saludo
Gracias Nicolás. Lamentablemente, parece que en el mundo hay pocos que aprenden de sus errores, y algunos de los que recuerdan su pasado solo hacen para intentar revivir viejas glorias, en lugar de avanzar hacía un futuro mejor.
Un saludo
Solo lo hacen
Ojalá los errores sirvieran para aprender. Un canto a la esperanza, tan necesaria siempre.
Un saludo, Alyne
Totalmente de acuerdo, Margarita. Sin embargo, parece que el género humano es especialista en repetir traspies. Un buen ejemplo está plasmado en tu relato.
Saludos