UN LUGAR DONDE VIVIR
LOLA SANABRIA GARCÍA Me tocó a mí inscribir a Elvira. Amaneció con luz ceniza y manto lluvioso. Parado a la entrada, sin paraguas ni ganas de dar el paso para cruzar la puerta, la miré. Temblaba. Tenía las zapatillas empapadas. El pelo chorreando. El vestido pegado a su cuerpo desamparado. Me quité la chaqueta y se la puse por los hombros. Me miró y esbozó una tibia sonrisa. Gracias, dijo. ¿Gracias? Mamá había muerto. Las dos se cuidaban. Y el pronunciamiento desde el principio de Azucena, que de flor solo tenía el nombre, favorable a la incapacitación judicial por enfermedad mental y el ingreso en un centro, como la mejor opción, acabó por convencerme. Aquello era un asilo. No era sitio para ella. Me agaché a recoger la maleta, agarré del brazo a Elvira y volvimos al coche. ¿A dónde vamos, Ángel?, preguntó mi hermana. A casa, respondí mientras le acariciaba la cara.
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Una historia triste, pero llena de sentimientos que da un toque de esperanza. Enhorabuena y mi voto que inaugura tu casillero. Mucha suerte.
Una historia llena de ternura. Enhorabuena.
Un acto de justicia, no de caridad. Todo el mundo tiene derecho a un lugar digno donde vivir y a una familia. Bien por tu protagonista.
Un relato que propugna eso de que obras son amores y no buenas razones.
Un abrazo y suerte, Lola
As soon as I started to look over the link images of the new 5204G, I found that its general vibe reminded me of another very Grand Complication from Patek, the 5004. Retired in 2011, while the 5004 was made in several different versions over its 15-year life cycle, Patek commemorated the end of production for these Split-Second QP Chronographs by creating fifty examples in steel with gorgeous creamy dials and black dial furniture (I love when Patek does black markers and hands).