Turno de mucho oficio
Gabriel Pérez MartínezSiglo XXI. Acababan de acusar a Noé de la extinción de los dinosaurios por no incluirlos en el arca y me asignaban su defensa. Pensé que era una broma, pero al salir del despacho vi paneles anunciando el juicio. Coincidía con mi aniversario de boda y tenía programado un viajecito. Alegué eso para librarme y me respondieron que nadie sabía del Génesis como yo. Les dije que era agnóstico y muy fan, eso sí, del grupo que integró Peter Gabriel, que tocaba hasta el bajo. No sirvió de nada…
El día de la primera vista, argüí que los dinosaurios desaparecieron mucho antes del Diluvio, por un meteoro. Pensé que el juez anunciaría el sobreseimiento del caso, pero declaró culpable a Noé. Encima, como este estaba muerto, afirmó que sus sucesores, o sea todos, asumiríamos la pena. Para una vez que los humanos no habíamos causado la extinción de un animal…
+28
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Muy original. Mi voto y suerte. Una especie de pecado original por extinción animal. Un abrazo.
Muchas gracias, Juan Manuel!!
Un abrazo.
Me encanta !
Gracias!!
Besos!!
Me trae recuerdos de cuando vi la peli de Steve Carrell «Sigo como Dios», pero sin dinosaurios por medio. Todo un guiño al delito de omisión del deber de socorro pleistocénico. Muy buen relato, Gabriel. Te dejo mi voto. Mucha suerte y un abrazo.
Mil gracias por tu comentario, Francisco Javier.
Si te ha hecho acordarte de Steve Carrell, ya me doy por contento: es uno de mis actores preferidos (que gran serie The Office).
Un abrazo.
Muy original y divertido, pero sobre todo muy bien escrito. Enhorabuena, mi voto, y un saludo.
Mil gracias, Nicolás.
Me alegro mucho de que te haya gustado.
Un abrazo.
Va a ser verdad que nacemos con el pecado original.
Un abrazo, Gabriel
Jajajaja. Pues sí, Margarita.
Seguro que si en lugar de Noé hubiese subido al arca Steven Spielberg, si se habrían salvado los dinosaurios… :-) ;-)
Un abrazo!!!
Efectivamente, como apunta Margarita, al igual que el pecado original, son propios del Génesis las culpas colectivas y hereditarias.
Y eso que se podría hacer un juego de palabras exculpatorio: “No he sido yo, No-é”.
Suerte, Gabriel.
Jajajajajaja.
Pues sí, Manuel, alguien podrá decirnos que el Génesis «No-é» así, pero está claro que se centra en infundir ese sentimiento de culpa colectiva.
Un abrazo!