Imagen de perfilCrimen y castigo

Maricarmen Barranca 

El escenario del crimen estaba contaminado. La científica obtuvo pruebas de tres pisadas diferentes; resultando ser de dos policías (difícil de perdonar a los compañeros). Los superiores no dejaron de presionar de forma abusiva y, la puntilla, la puso el abogado, quién se personó como el único contacto de la familia.

Únicamente queda un último interrogatorio para documentar y terminar el dossier de la instrucción. La sala está preparada, el letrado se parapeta detrás de la mesa. Estoy deseando escuchar su cuestionario de preguntas. Entra el pastor alemán con su dueño, un menor de cinco años; mientras, sus progenitores esperan fuera porque el perro no deja de intimidarlos. El abogado muestra una foto y pregunta a las dos criaturas:

– ¿Quién dio una paliza al gato Misifú?

Alzaron su extremidad superior derecha, volvieron la vista y señalaron al unísono hacia la puerta.

– Tenemos a los culpables, caso resuelto. ¡Enhorabuena!

 

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