PRINCIPIO DE ECONOMÍA
Esteban Torres SagraTras la tercera reunión a solas, afloraron mayores expectativas de las partes, pero menos coincidencias de fondo; egos más enfrentados y escasa comunicación verbal.
Sin ninguna concesión al otro y sin una base para debatir y acercar posturas de una vez por todas, aquel último argumento de ella: “soñar es gratis y solo me veo como magistrada del Constitucional”; y el de él: “hay que tener los pies más en el suelo y opositar a lo que sea”, abocaron a que se despidieran sin acuerdo y sin concertar ninguna otra cita.
Fue al año siguiente, por casualidad, en un congreso organizado por el Colegio de Abogados para analizar el “Principio de eficacia, economía y celeridad”, cuando retomaron la negociación y, más que acercar posturas, las practicaron todas. Luego nací yo, que acabo de descubrir de dónde he sacado esta vocación enfermiza por resumir historias de amor en ciento cincuenta palabras.
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Como siempre amigo Esteban, tú introducción y desarrollo posterior acaban en un desenlace final sorprendente y maravilloso. Así da gusto leer.
Tienes mi primer voto de este extraño mes de concurso.
Un abrazo.
Muchas gracias, Guillermo, por leerme con tan buenos ojos. Sí que es extraño este mes -y los anteriores- en este magnífico concurso, tanto en los plazos como en el desarrollo de las selecciones. Mucha suerte y un abrazo.
Eres un hombre de principios. Y de finales. Y así da gusto saborear todo lo que hay en el medio.
A seguir «vocacionando», Esteban, para deleite de los que te leemos.
Muy agradecido por tu comentario y por tu voto. Como decía o le atribuyen al menos a Groucho: si no te gustan mis principios tengo otros. Y finales.
Qué alegría leerte por aquí. Enhorabuena por tu micro. Además del principio de eficacia, economía y celeridad tienes que añadir el de calidad porque cada vez es más caro estar aquí. Un abrazo y mucha suerte.
Gracias, Juan Manuel. Algo ha cambiado en las entrañas del certamen: tiempos de respuesta, modos de selección, número de finalistas mensuales, incluso estilo de los micros seleccionados. Hay que adaptarse o morir. Ya sabes. Un abrazo.
Hola. Me parece muy bueno el micro. Mucha suerte
Muy bueno !
Muchas gracias. Me alegro que te guste. Un saludo.
Pues escribir una historia de amor con ciento cincuenta palabras, como tú has hecho, no es nada fácil. Mucho más sencillo resulta resumir mi comentario en una única: ¡Bravo!
Un fuerte abrazo, Esteban.
Muy agradecido Gabriel. Lo breve si bueno dos veces breve, o quizás no es así. Bueno, un abrazo.
Maravilloso eso de acercar posturas. Las mejores conciliaciones sin mediadores de por medio. Enhorabuena.
Muchas gracias, Ángel. Tus comentarios siempre son bienvenidos y acertados. Un abrazo
Hacía tiempo que no leía una historia de amor con un «final feliz», más por la herencia literaria del microrrelatista que por las posturas practicadas. Potente palabra: «enfermiza», que le confiere al sustantivo «vocación» un significado que comparto desde lo más profundo de mi perseverancia en este arte. Mucha suerte, Esteban, con tu micro y mi tercer voto para ti. Un abrazo.