El mediador
Gabriel Pérez Martínez Mi madre es abogada; mi padre, fiscal. Se conocieron en la radio en 1999: los invitaron a debatir sobre la Ley del Ejército Profesional aprobada en el Congreso. Papá estaba a favor de la mili; mamá, no. Sin embargo, aunque en ese programa solo se llevaron la contraria, llegaron a un acuerdo para verse fuera de las ondas de comunicación y en unos meses se casaron.
De mi infancia, recuerdo que discutían hasta dormidos. Yo intentaba ejercer mi facultad conciliadora, siempre sin éxito. Así, cuando cumplí diez años, se divorciaron.
Nunca dejé de soñar con que alguna vez acercarían posturas gracias a mi intercesión, pero no hubo manera. Eso sí, ambos tuvieron claro que debían transmitirme su amor tanto por mí como por el Derecho.
Hace un año, aprobé las oposiciones a judicatura y hoy es mi primer juicio. Mi madre es la abogada. Mi padre, el fiscal. Ya veremos…
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Estaba esperando para dar mi tercer voto a que hubiese más finalistas, pero creo que tu micro se lo merece. Bien escrito y resuelto. Un saludo
Muchísimas gracias, Esteban.
Un abrazo.
Coincido con Esteban. Eso sí, cuéntanos que se vio, por favor.
Un saludo, Gabriel.
Muchísimas gracias, Margarita.
Pues creo que el jurado también tuvo que interceder… ;-) :-)
Un abrazo.
Está visto Gabriel que los divorcios dan mucho juego, tanto que…
Dejaremos los asuntos personales para otro momento…
Buena historia, muy bien llevada a la reducción de un microrrelato, enhorabuena y suerte.
Te llevas mi tercer y último voto de este mes. Un abrazo.
Mil gracias, Guillermo.
Un abrazo.
Después de leer tu microrrelato me quedo con ganas de una segunda parte…
Mucha suerte, Gabriel. Te dejo mi voto y te envío un abrazo.
Mil gracias, Ana Isabel.
Otro abrazo para ti.
Uno mi alegato en defensa de un buen micro como el tuyo al comentario de Guillermo y los demás compañeros: Esteban, Margarita y Ana Isabel. Dejar con ganas de más al público es como comerte un par de pipas del paquete,… al final tienes que terminarte el paquete entero. Mucha suerte, Gabriel. Un abrazo.
¡Mil gracias, Francisco Javier!
¡Un abrazo!