EL SABUESO
MANUEL MORENO BELLOSILLO Quizá fuera un don divino o quizá un pacto diabólico, el caso es que aquel juez tenía un olfato asombroso para descubrir a los criminales. Sus rasgos eran vagamente caninos y acostumbraba a husmear a los acusados como si fuera un sabueso, sin que de nada te valiera formular protesta. Tenía conectada la pituitaria con la amígdala del cerebro y los olores que percibía su bulbo olfatorio le generaban en su sistema límbico un retorno en forma de fallo infalible. Si alguien era inocente desprendía un limpio aroma a lavanda fresca, pero si era culpable apestaba a huevos podridos. Así que, en una ocasión desesperada, se me ocurrió espolvorear generosamente a mi defendido con pimienta, pues había oído que el olfato de los perros colapsaba con esa especia. El Sabueso se desesperó husmeando y terminó aullando de frustración. Yo gané el caso, pero él se ganó un hueso.
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Muy buen micro, original y divertido. Lo tiene todo, vamos. Enhorabuena!
Gracias, Maite, así me gustan los comentarios.
Todo por ganar un caso. ¡Suerte!
Gracias por el comentario, Lola, los hay capaces de todo!
The watch has 30m of water link resistance (deeper than I’d take an Etanche a Double Boitier, to be fair) and part of that is probably due to Naoya Hida’s first-ever display caseback. This is where things unfortunately is a question mark for me.