Lazos invisibles
María Sergia Martín González- towandaSupe que el recluso solicitó cambiar de letrado. «Reclama imposibles», apuntaban. Me acerqué dubitativa. Tras las obligadas presentaciones cliente-abogada, intenté formularle algunas preguntas. Se adelantó admitiéndose culpable. Dijo que aceptaría cualquier pacto; que solo necesitaba poder despedirse de un amigo con el que siempre estuvo conectado. Últimamente, sospechaba que algo iba mal. Afirmó que, de no conseguirlo, olvidara el camino de retorno. Me conquistó cuando dijo que mis ojos eran campos de lavanda y que le recordaban a una hija que decidió enterrarlo hacía mucho tiempo.
Resultó complicado. Demasiados impedimentos por parte de la prisión. Sherlock, así se llamaba su perro, iba a ser sacrificado. El tiempo apremiaba…
Tras semanas de extenuante papeleo, el juez autorizó un vis a vis extraordinario.
Sherlock estaba ciego, arrastraba desmañadamente las patas, pero algo invisible permanecía inalterable. Hubo babas, interminables abrazos y un llanto a dos voces.
«Te eché de menos, viejito», repetía emocionado.
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Yo también te he echado de menos, amiga Towi.
Me llegó una noticia por una red social, creo recordar, cuyo titular informaba de una historia igual que la tuya. No me la creí.
Por las redes esas hay «merluzos» y «sardinas», y sobre todo, mucho «boquerón», que mienten más que hablan.
Y sigo sin creérmela, pero, si fuese cierta, tras como tú la has descrito rebosante de humanidad, acabaré por creerla.
Como dice Arturo, se te echaba mucho de menos por estos lares abandonados de la mano de Dios.
Un abrazo Towanda. (Y mi primer voto de este mes).
Traes un tema, temazo diría yo, de rabiosa actualidad. Leí la noticia en internet y me quedé consternado por la negativa tanto de la prisión, como de de los funcionarios de prisiones…Tengo perro y soy amante de los animales animales y me disgusta profundamente esa doble moral para con los perros. Si te rescatan de un edificio, vale, si los quieres llevar a la playa, ensucian.
Felicidades, María, me ha gustado mucho.
¡Qué tierno, me ha dejado el corazón blandito! Me alegro que tu abogada consiguiera juntarlos por última vez.
Enhorabuena.
Cuánto tiempo sin leerte!!!! Maravilloso relato. Como siempre. Un abrazo y mi voto , por supuesto.
Towanda, como bien dice el título, hay lazos entre un perro y su amo invisibles y cargados de amor. Si es ficción, es muy entrañable. Sí está basado en un suceso real me da pena. Ahora pienso en el perro sacrificado cuando el ébola.
Un saludo y mi voto.
María Sergia, cuántos años sabáticos te has tomado?
Aunque soy más de micros alocados, este me ha tocado la patata.
Suerte con él.
Un abrazo perruno.
Deslumbrante, como de costumbre. Felicidades por tu historia María Sergia
Me pasé por estos lares para leerte y dedicarte unas palabras. Me ha encandilado tu metáfora «campos de lavanda»,… sin duda otro gran micro con tu sello personal. Tienes mi voto y te deseo mucha suerte.
Emociona ese final, Towanda. He seguido la noticia y creo que está a punto de solucionarse.
Bienvenida de nuevo y mucha suerte.
La amistad, ante todo.
Me gustó el microrrelato, entre otros motivos porque también tengo perro.
¡Felicidades!
El micro tiene emoción sobretodo con ese llanto a dos voces. A mí me parece muy hermoso porque imagino su sonido. Felicito a esa abogada que supo cumplir el deseo de su cliente.
Te mando un abrazo.
¡Suerte con este tierno relato!
Sí señora. Muy tierno
Como dice Rosalía, a mi también me ha dejado el corazón blandito. Ya sé que no es un comentario muyoriginal. Felicidades.
Gracias, Arturo, Guillermo, Javi, Rosalía, Alejandra, Adolfo, Ramón, Héctor, Francisco, Carmen, Francisco, Ángela, Lola, Sara y Marta, por haberos acercado a leer y comentar.
Un abrazo gigantesco.
Qué bonito, María.
Leí la noticia y según creo recordar está pendiente de que se produzca el encuentro entre el reo y su perro. Bien traída y bien contada.
Tuyo, siempre.
Jajaja
Amiga Towi, cuánto tiempo sin leerte. Me resulta una historia hermosa, bien contada y denota sensibilidad por los animales. Para mí es una rentreé con honores. Suerte, amiga.
Una historia muy humana de amor entre diferentes especies. Y es que el amor tiene esos lazos invisibles que te atan y te sujetan. Me gusta ese final que resume en pocas palabras la escena.
Te deseo suerte.
Muchísimas gracias, Alba, Ernesto, Esteban, Ricardo y Carlos. Os mando un abrazo gigantesco. Sois muy amables.
Me encantan los animales y considero que es un derecho para Sherlock poder ver a su amo.
Muy bonito.
También lo veo como tú: derecho de Sherlock.
Gracias por comentar.
Relatazo de la factoría Towanda. Mis respetos. Así da gusto volver por aquí.
Qué amablísimo eres!
Mil gracias, siempre, ya lo sabes.
Abrazo fuerte
Muy tierno.
Bravo por los felices últimos dias de Sherlock
Gracias, Celia.
Gracias, Carlos.
Muchísimas, muchísimas.
Felicidades por tu relato surrealista ganador de Zenda, qué bueno.
Y mi abrazo a Sherlock. Un perro es muchas veces mejor que muchos humanos
Una sorpresa que me ha traído este viernes. Mil gracias.
«Viejito», una palabra llena de ternura en tu relato. Su lectura te deja con un nudo en el corazón. Enhorabuena