EL TRUCO FINAL
JUAN MANUEL RUIZ DE ERENCHUN ASTORGA · BARCELONACuando mis hijos me ingresaron en el asilo, mi alma de letrado peleón se rebeló contra aquel ultraje. Fueron muchos los escritos que planteé ante las más altas instancias, incluido el Fiscal General, exponiendo mi queja y abogando por otras medidas menos gravosas para mi persona. Pero nadie contestó, y los que lo hicieron, se limitaron a una breve nota de no injerencia en asuntos familiares internos. Hoy tras cinco años de lucha, miro atrás en el calendario y sólo veo lo confiado que fui cuando puse al frente de mi exitoso bufete a mis vástagos. No dudaron en usurparme lo que era mío, enviándome al exilio en esta residencia de gruesos muros y amplios barrotes. Pero todo va a cambiar. Antes de abogado fui escapista, de los mejores. Me apodaban Harry el Fenómeno. Hoy les haré mi truco final. Eso sí, necesito a mi ayudante: que pase La Parca.