Un minuto de amor

Isabel González González · Madrid 

Mi médico y yo estamos enamorados. Soy abogada y cuando mi médico me pregunta por la jurisdicción de mi catarro, yo le contesto que afecta al tercio superior de mi organismo. Si me interroga sobre la reforma ilegal de mi rodilla, le expongo lo habitual de las lesiones en ligamentos. Y si se interesa por el periodo de vencimiento de mi protocolo, establezco paralelismos entre la posología del paracetamol y la del ibuprofeno. Mi médico se merece un premio. Sabe cómo hablarme. Yo sé cómo hablarle a él. Juntos somos felices. Un minuto al día. Lo peor es el otro minuto. Cuando nada más llegar, le pregunto si me desabrocho la blusa y él me contesta no sé qué sobre la bombilla de su linternita. Entonces no sabemos qué decirnos. Estamos fríos. Distantes. No encontramos las palabras. Qué retorcidos son los preámbulos.

 

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