Buenos días a los compañeros. En tiempos convulsos, de los que no somos ajenos, no conviene tomar decisiones trascendentales. Estas palabras ya las pronunció, en su momento, San Ignacio de Loyola.
La importancia de la formación Letrada radica en la capacidad, desde la humildad, de aprendizaje y buenos formadores, recursos destinados a dicha tarea, que debe ser recompensada. Tenemos una Institución, el ICAM, que debe y puede efectuar dicho cometido. Letrados del Turno de Oficio que atienden los intereses de los más desfavorecidos sin apenas reconocimiento de su labor. Es primordial recobrar el respeto y el sentido de la responsabilidad como letrados.
Lamentablemente ya no ejerzo, aún colegiado desde hace 25 años, por adolecer de discapacidad superior al 65 por ciento. Dicho de otra manera, 65 razones más para seguir apostando por esta profesión, por quienes la componen, por un Colegio que está cambiando, por la dignidad de la Abogacía. Un abrazo