Marta Trutxuelo García
@martatrutxu
Activo hace 1 semana, 3 diasMicrorrelatos publicados
El envés del olvido
Abro la puerta y cierro los ojos esperando, al volver a abrirlos, encontrarte, como antaño, sentado frente a tu mesa de trabajo, con tu mente sumergida en cotejar pruebas, tus manos entregadas al baile con documentos y expedientes. Tras el umbral, tú, en la mecedora, las manos ociosas y los ojos ausentes. Sonríen tus labios cuando atuso tus sienes plateadas. "Adoro el envés de tu aroma", susurras, sin delinquir en falsos halagos. Hoy olvidaste mi nombre y tampoco lo recordarás mañana. Con la mirada tan lluviosa como la mañana evoco el día en que emitiste el pronunciamiento más inquietante de tu carrera. Eras ya consciente de los síntomas del olvido: las llaves, las gafas, nuestro aniversario... Antes de que la medicina dictara su sentencia, tú, mi buen juez, decidiste la tuya. Yo ofrecí asilo a tu renuncia laboral, memoria con aroma a nuestra vida, seré el envés de tu olvido.
| Octubre 2024
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 12El viaje
Abro los ojos y miro la habitación, no huele a nada, ¡pero si es primavera! Llevo ya un buen rato mirando la máquina que pita y dibuja picos y rayas, rayas y picos... Llega una enfermera, me pide que levante un brazo, otro, una pierna, otra... Nada... Me hace algo en los pies... Nada. Se me han quitado las cosquillas, la voz... ¡que raro!
Os veo llegar. Antes de entrar os ponéis un disfraz como de astronauta, sólo os veo los ojos. Habláis bajito, pero oigo que decís cosas de abogados como “tasa de alcoholemia”, “confesión del conductor”, “razonar con el juez” y “excusas manidas”. Yo no entiendo nada, pero vosotros sí, claro. Como dice mi profa, “tus padres tienen muy buena formación”.
Mami, papi... no sé por qué estáis tristes, si yo todavía estoy emocionado: de los tres yo soy el único que ha venido volando en helicóptero.| Abril 2024
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 8Nuevo año
Un nuevo año se abría, como las ventanas en el lienzo parpadeante de la pantalla. El altavoz del ordenador anunció, además del esperado “Buenos días”, un sorpresivo “Feliz año”. El abogado sonrió ante la iniciativa de su nueva asistente. Pero había que comenzar la jornada. La negociación de la pensión alimenticia del caso de divorcio, lejos de ocuparle toda la mañana, se resolvió en apenas una hora. El día se completó con un repaso de varias leyes, la finalización de unos expedientes atrasados y otros trámites digitales. Un primer día productivo, felicitó el magistrado a su ayudante, ya puedes desconectarte, le indicó. La nueva auxiliar es eficiente, comunicó el abogado a un socio del bufete. Además es simpática, irónica, ingeniosa... lástima que no sea virtual. Nunca pensé que un humano pudiera competir con nosotros en inteligencia artificial, reflexionó antes de desaparecer su holograma bajo el icono de la aplicación abogado-electrónico.
| Enero 2024
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 9Autos, los justos
Esta vez sería el último, musitaba el juez, mientras parpadeaba al ritmo del cursor en la pantalla. La vida ya se iba a encargar de regalarle otro documento con el que emprendería un nuevo camino, el instrumento legal que sentenciaba que mañana se inauguraba la alternativa a una rutina de cuarenta años bajo el imperativo de la toga. Las interminables jornadas laborales se convertirían en días con apelativos a estrenar, no habría más autos que los de motor eléctrico y las penas serían aquellas que él quisiera llorar. El magistrado firmó su última sentencia en su último día de trabajo, pero continuó sentado, parpadeando al ritmo del cursor en la pantalla. Sonrió, su último escrito legal le iba a autorregalar una alternativa... Cambió nombres, inventó otra trama... realidad y ficción, musas, y... voilà! Mi primer relato, concluyó, satisfecho, el juez. No será el último, sentenció, tras leerlo, su mujer.
| Octubre 2023
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 11Esencias, las justas
Soy abogado. En mi oficio es esencial establecer pactos con mis clientes, sobre todo uno, fidelidad, o lo que el acervo popular denomina "confidencialidad", similar al juramento hipocrático o al secreto de confesión. Amparado por la toga de mi código deontológico comencé a formular las preguntas esenciales que facilitan que abogado y cliente estemos conectados y confiemos el uno con el otro. Pero mi interlocutor respondía con evasivas, se contradecía, dudaba de sus propios recuerdos. Sus ademanes nerviosos, el tartamudeo en su discurso... el fiscal lo hundiría en el juicio. Debía conseguir que se derrumbara, pero ante mí. Y así ocurrió, mi cliente destapó su caja de Pandora particular y conseguimos encauzar la defensa del caso.
El privilegio de confidencialidad sella mis labios, pero diré que en su camino de retorno del temor a la confianza resultó esencial la memoria olfativa. Lo intuí cuando me preguntó: ¿ese aroma es lavanda?| Septiembre 2023
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 9Conciliaciones, las justas
Entreabrió los ojos y, sin previo trámite de audiencia, el que debía ser un despertar sosegado se quebró con el asalto de un litigio, a voz en grito, a los pies de su cama. Con el radar para la investigación aún adormilado, el juez escuchó el conflicto entre los pequeños litigantes. Sus argumentaciones no eran claras, pero entre las pruebas testificales se citó un cola-cao derramado, algunos cereales voladores y un muñeco desmembrado en la fregadera... Pero la mayor disputa se centraba en las condiciones de uso y disfrute de una canoa hinchable. Postularse por una de las partes no resultaba lo más lícito, así que decidió recurrir, previa ingesta de un café, a la negociación. Tras teatralizar una ardua deliberación con la abogada, su mujer, comunicaron a los niños el veredicto: si no recogían la cocina se quedarían sin ir a la playa. La conciliación perfecta, también en vacaciones.
| Agosto 2023
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 7Palabras, las justas
No recuerda cuándo comenzó, como tantas cosas que olvidaba y perdía en la "niebla mental menopáusica", habitual en su edad. Una cosa era no encontrar las llaves o las gafas, y otra no encontrar las palabras. Para ella, la abogada que siempre tenía el término preciso al defender a un menor, la letrada que combatía con su léxico certero la violencia de género, era fundamental mantener su instrumento de trabajo, el lenguaje, afinado. Cuando aquella mañana la magistrada presentó el caso, quiso decir "argumento" pero pronunció "tormento", un martillo invisible falló la sentencia. De ayudar en el turno de oficio pasó, de oficio, a otro turno, en la sala de espera de un especialista. Ahora la abogada mantiene la concentración en las sesiones del logopeda, que le acompaña en sus silencios y aplaude su tesón por recuperar las palabras. Hay una que quisiera olvidar, afasia, pero siempre recuerda otra, orgullo.
| Julio 2023
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 11Resultados, los justos
Aún faltan varios minutos… mientras esperamos los resultados cierro los ojos y asaltan mi mente los colores del pasado… Una mujer, en pie junto a un estrado, con una toga sobre sus hombros y un expediente en la mano. Un hombre, de pie tras la fregadera, con un delantal sobre su pecho y un estropajo en la mano. Ojalá… pero no fue así. En casa de mis padres sólo uno podía legislar acerca del reparto de las tareas domésticas; las adjudicatarias, mi madre y yo. Las únicas brechas que preocupaban a mi padre eran las que lucía mi hermano en las rodillas tras jugar al fútbol. ¿Conciliar? Sí, mi madre hacía malabarismos entre expedientes, comidas y pañales, mientras que mi padre conciliaba el sueño.
Es la hora, comprobamos las notas: aprobado, jueza titular. Mi pareja sonríe, como ayer al conocer otro resultado: será niña, la llamaremos Violeta, como mi madre.| Marzo 2023
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 6Deseos, los justos
Deseaba que acabara aquel día,¡maldito lumbago! Y para colmo, un nuevo cliente. Del primer contacto con él deduje que tardaría en salir del bufete. Comencé por documentar el caso: el joven trabajaba en una cadena de reciclaje; alfombras, pilas, botellas… desfilaban ante sus ojos en un escenario sucesivo y rutinario. Un día encontró una lamparita y decidió perdonarla, salvándola de su fatídico destino. Tras limpiarla, apareció una nube que materializó a un hombre calvo, con pendientes y bombachos. Mi cliente repitió la operación frente a mí y el supuesto genio de tan inusual lámpara volvió a lanzar su mensaje: “te concedo un deseo”. El joven quería demandarlo por lo abusivo de la oferta, ¡sólo un deseo, incluso a Aladino le concedieron tres! Mientras mi cliente seguía quejándose, un nuevo embate en mi lumbago me obligó a cerrar los ojos. Al abrirlos, el genio había desaparecido, y mi indeseable lumbalgia, también.
| Febrero 2023
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 10Cuenta atrás
6 de enero. Suena el despertador a las 5 de la mañana. Compruebo que mis cuatro hijos duermen, al igual que mi mujer. Aprovecho la madrugada para evitar la confrontación entre ambos sobre cuál de los tres reyes magos interpretaré este año, así que, sin mediar palabra, consigo un consenso tácito. La alternativa del año pasado, Melchor, descartada por repetitiva, y la elección entre los dos restantes se realiza por un método objetivo e inapelable: la moneda sentencia la cara de Baltasar. Barba, corona y... ¿la capa? El tiempo corre y yo junto a él, cargado de regalos. Oigo murmullos en las habitaciones. ¿Qué hago? Entonces la veo... colgada por el cansancio del juicio de ayer; ella, compañera de pleitos, se brinda como resolución única para este día festivo.
Nada como la magia del día de Reyes. Mis hijos ni me ven, ni me reconocen... lleve capa o lleve toga.| Enero 2023
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 8Destinos, los justos
Por primera vez me lo remitían vía electrónica. El formato era novedoso pero resultaba más interesante su contenido, que pasé a repasar con mis abogados. Era, efectivamente, la renovación de mi contrato de prestación de servicios, visado y firmado. Mientras uno de mis letrados afirmaba que se alteraban sustancialmente mis tareas, el otro, en una vuelta de tuerca, decía que apenas era una reinterpretación de mis cometidos La cláusula de excepcionalidad para uso alternativo de mis herramientas de trabajo equilibró el parecer entre ambos togados. Así que acepté el cambio de destino de mi jornada laboral: mis platillos dorados seguirán sirviendo a fines de equidad y ecuanimidad, aunque caigan bajo el peso de objetivos más prosaicos: controlar la exportación del trigo ucraniano, mientras mis ojos, bajo mi venda, lloran impotentes por la guerra. Soy la Justicia y mi balanza está al servicio tanto de un juzgado como de una frontera.
| Septiembre 2022
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 15Juzgado de playa
—Con la venia, señoría— comienza ella colocándose la toalla cual toga floreada— expondré mis alegatos finales. El acusado —señalando al joven escondido tras un flequillo— aceptó un contrato estival de actividades diversas sin programar, pero se ha negado a disfrutarlo. Manifiesto que según la Declaración Convivencial de los García, cuando un miembro de la familia muestra una actitud distante, se le podrá requisar el artículo que provoca dicha conducta; presento prueba número 1: Iphone.
—¡Mamá!—protesta el adolescente.
—¡Silencio en la playa!—decreto sobre el estrado de arena—. Establezco fianza de dos horas de digestión previa al ingreso en prisión marítima. Si demuestra buena conducta entre las olas, se le reintegrará el objeto requisado.
Atisbo en mi hijo una sonrisa tan tímida como su incipiente bigotito y tras declarar ¡visto para sentencia!, los tres miembros de la Corte veraniega de los García celebramos con un helado la sentencia absolutoria.| Agosto 2022
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 11Justicia poética
Esperaba tiritando bajo la marquesina. El coche estropeado, mi nariz congestionada, el caso del juzgado, complicado. Aquella semana no podía empezar peor. ¿O sí? Un trueno y un relámpago acompañaron la llegada de aquella mujer. Con una dulce sonrisa me dijo que se alegraba de verme, mientras me abrazaba efusivamente. Yo intentaba zafarme de semejantes atenciones y con la providencial llegada del autobús, ella huyó a la carrera como un animal despavorido. Me senté y al revisar la hora comprobé que mi reloj había sido víctima del abrazo desmedido. Aflojé la corbata manoseada y suspiré aliviado: ahí estaba mi cadena de oro, legado de mi padre.
Un mensaje al móvil me anunció que debía teletrabajar; había varios casos de COVID en el bufete.
Mientras esperaba, tosiendo, el resultado de la prueba de antígenos, no pude evitar sonreír maliciosamente deseando que aquella mujer hubiera llevado consigo algo más que mi reloj.| Abril 2022
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 34Brechas
El lunes, siguiendo las directrices de la comisión de desarrollo de competencias digitales del bufete, me asignaron un pasante. En nuestro primer caso, mi nuevo compañero auguró el veredicto: “Desestimatorio”, pronunció con voz metálica. “¿Desestimatorio”, cuestioné, incrédulo, y enarbolé con mi habitual entusiasmo los argumentos que rebatirían, sin duda, su frío fallo: los cargos aplicados por la entidad eléctrica eran abusivos y hubo errores de forma en la comunicación del contrato a nuestro cliente, ya que se realizó exclusivamente por internet. “El valle debería ser algo más que una tarifa con la que especulan algunos... ¡Dichosa brecha digital!” concluí, acalorado. Mi compañero contestó con un escueto: "No entiendo". Ni yo... cómo empatizar con un compañero que no capta la ironía, ese rasgo tan ligado a la profesión, tan propio de mentes inteligentes... y humanas. ¡Dichosa brecha digital!, pensé mirando de soslayo al pasante virtual que me observaba desde el ordenador.
| Febrero 2022
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 26Sueños
Me declaro culpable. ¿Mi delito? Tener un sueño y no perseguirlo. Pasé demasiado tiempo encerrado, como una fotografía en un viejo marco. Tardes perdidas sin ti, sin los niños, en silencio, dedicado a pulir esa jaula dorada, mi bufete, entregado a satisfacer demandas de empresas tan grandes como frías, mientras olvidaba regar mis ilusiones y las de quienes realmente importan. ¿Mi mayor pena? No haber dicho antes basta. Pero hoy lo haré. Hoy, en esta plaza, contigo y nuestros dos diablillos, con vuestras manos que bailan entre aplausos y mis palmas volando entre timbales, con otra toga de mil colores, como la del extranjero de tez oscura y voz cálida que me acompaña. Él, profesor y músico. Yo, abogado de la oficina del refugiado. Ambos compartimos un sueño, ambos somos como el pájaro que abandona su jaula para emprender una nueva vida, sin silencios, bajo la ley de nuevos ritmos.
| Enero 2022
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 20Guardias, las justas
Las 4:20 p.m. Durante un turno de noche siempre hay un instante que parece congelarse en el tiempo. Todas las guardias que llevo a mis espaldas dan fe de ello... tú lo sabes bien, ¿verdad? Desde mi época de pasante, esquivando el riesgo de dormirme mientras registraba las entradas, hasta mis años de abogado de oficio, supliendo la inexperiencia en los juzgados con el paso de horas y horas a lomos de la lectura de la jurisprudencia interminable del Aranzadi... ¿recuerdas? Y esta noche, como tantas otras desde que aquel profesional amparado en la sabiduría de su toga blanca falló el temido veredicto, permanezco asido a tu mano que respira a través de tubos y cables. Y recuerdo nuestras otras guardias, de chupetes y ojeras, de sueños y rutinas. Quiero preservar todos esos momentos, tejidos en la memoria de nuestros años compartidos, visibles y eternos como éste: las 4:20 p.m.
| Octubre 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 18Vacaciones, las justas
Última noche de agosto. Mientras mi mente se columpiaba entre la vigilia y el sueño me invadieron varias imágenes: Lexnet... procuradora... tramitadora judicial... cliente... La temible cuádriga... ¡El abogalipsis! Me incorporé sudando y en ese momento un monstruo de otro tipo se abalanzó sobre mi cama: "¡Papiiii! ¡Arriiiba!" Sonreí. No importaba si Lexnet no funcionaba, ni si María, la procuradora y Eva, la tramitadora judicial no contestaban a mis llamadas, y menos aún hacer esperar a Nicolás, el cliente que seguiría apostado en la puerta de mi despacho. Mi futuro inmediato me observaba con sus alegres ojos verdes. Este año nuestro bufete había decidido promover cambios para conciliar la vida familiar. Gracias a ello y a la conservación de unos días, podría estirar las vacaciones hasta principios de setiembre. "El año judicial y el abogalipsis pueden esperar", musité mientras daba la mano a mi hijo Ángel para llevarlo al colegio.
| Septiembre 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 28Juicios, los justos
Era el último y tal condición implicaba conseguir un lugar destacado en la posteridad y, por ello, aquel juicio debía desarrollarse en condiciones de seguridad óptimas. La responsabilidad del personal de la sala era máxima: la diversidad cultural y la gran afluencia de participantes, condicionada por la tipología de proceso, hacían asimismo urgente fortalecer las medidas de control. Los cuatro jinetes, como convivientes, se consideraron "burbuja", y se sentaron juntos; Sat & As, recién llegado del Averno, echaba humo por llevar mascarilla; los representantes de las naciones mantenían el metro y medio de distancia, mirándose con recelo. Y en ese momento llegó Él, se sentó en el estrado, se aplicó gel hidroalcohólico en las manos, tomó el martillo y... tosió. Dos pruebas PCR COVID-19 después, todos los asistentes a la vista fueron confinados. "¡Bendita pandemia! Por fin se celebraría el Juicio Final", pensó Pedro, el bedel, mientras cerraba las puertas.
| Agosto 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 48Fantasías, las justas
El lunes me hice cargo del caso de Marina, parada de larga duración, con dos niños a su cargo. El martes fue el turno de Hasam, a quien asesoré por la legalización de su contrato con la constructora. Entre el miércoles y el jueves logramos una oportunidad para Juan con la percepción de la RGI. Soy letrada, de oficio y por vocación; optimista, aunque la vida real se empeñe en erradicar mis instintos, intentando colmar con sus gotas pesimistas mi vaso lleno de esperanza. El ERTE en el sector de la fantasía me ha obligado a reorientar mi profesión: mientras la prestación por desempleo me lo permita ofreceré mi varita mágica a la población más vulnerable. Hoy es viernes... como cada día mis piernas se unirán al largo ciempiés que compone la cola para entrar a la oficina de empleo. Estaré al final de la misma. Soy tu aboghada madrina.
| Junio 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 61Ficciones, las justas
Transcurridas nueve semanas y media de actividad en el nuevo edificio, sus inquilinos han pasado por nuestro bufete, disputándose, cual casting, la mejor demanda: el dueño de "Quo vadis?" reclama compensación por ausencia de matriculación en su academia, arguyendo que el inglés no es una lengua muerta. Asimismo, la agencia de contactos-viajes "Encuentros en la tercera fase" y la funeraria "Cuatro bodas y un funeral" se quejan de la confusión creada entre su clientela...
Mi bufete representa legalmente al dueño del inmueble, Aeternum Cinema, que decidió invertir en otras industrias arrendando el edificio para diversas producciones, utilizando títulos de películas. Estas adaptaciones no han sido bien acogidas; nuestro propio bufete se sumaría al torrente de demandas si no estuviéramos obligados hacia el dueño por la ley del silencio, si recuperáramos juicio y sentido perdidos en nuestro despacho del sexto piso, donde un niño angustiado sigue susurrando: "En ocasiones... veo abogados".| Mayo 2021
Finalista
Votos recibidos por la Comunidad: 29Deseos, los justos
Asombrado, le observé entrar al bufete a bordo de una alfombra voladora. Mi nuevo cliente, Al-Adino, quería interponer una demanda contra la empresa "Deseos cumplidos", con la que mantenía un contrato que ésta había quebrantado en dos de sus tres cláusulas. Según la primera, Al-Adino solicitó renovar su energía vital mediante una alternativa natural y asequible, y el gerente de la empresa, Gen i Os, respondió ofreciéndole un multivitamínico de marca blanca. El segundo servicio anulaba el primero, provocando en mi cliente grave agotamiento físico y monetario. Al-Adino, abatido, depositó sobre mi mesa el objeto que materializaba su contrato, una lámpara polvorienta. Tras limpiarla vi reflejarse al unísono mi sonrisa y la de Gen i Os sobre la superficie brillante. Al-Adino aceptó mi consejo: amparándose en la tercera cláusula, traspasaría a mi bufete, "Las mil & una demandas", la gestión del contrato con "Deseos cumplidos". Justicia... tan mágica como maravillosa.
| Abril 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 23Cuentos, los justos
Otra vez el medioambiente en el estrado. Parecía el cuento de nunca acabar. Todo comenzó con el caso de tres contratistas acusados de edificar viviendas urbanas con materiales supuestamente sostenibles —paja y madera— pero altamente inflamables; la sentencia obligó a los Tres Cerditos a construir una casa con la garantía de la siempre resiliente piedra. El bufete también acaparó la atención mediática gracias al caso de desahucio de Blancanieves y los Siete Okupanitos, tras declararse biotopo su barrio marginal, el Bosque Encantado. Y todavía resuenan los ecos del proceso al músico denunciado por contaminación acústica y maltrato animal, el célebre y temido flautista, condenado a prisión en el lugar del raticidio, Hamelín.
La firma de abogados "Felices & Perdices", liderada por el letrado Lobo y la magistrada Maléfica, adalid de la promoción de los objetivos de desarrollo sostenible, declaraba con satisfacción una vez más: la justicia no es ningún cuento.| Marzo 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 72Horizonte a medianoche
23:50 p.m. Control de acceso, apertura de puertas y una melodía de tacones sincopados en crecimiento ascendente por la escalerilla de titanio. Un vuelco en el estómago me anuncia su inminente llegada. Ella. Esperanza. Tras ese mechón que juega al escondite con su mirada plateada. Y un as camuflado bajo un pliegue de su toga de aluminio: "Garantizado el suministro de alimentos a perpetuidad en lugar de destino...", "... prospera el recurso contra la Ley interestelar de asilo...", desvela la sentencia encriptada en el dispositivo interno de mi abogadandroide Esperanza. Ella me facilita los salvoconductos que nos van a proteger en nuestro viaje y nos despedimos. Abrazar a un ser metálico nunca me transmitió tanto calor y confianza.
23:55 p.m. El navegador pone rumbo al horizonte rojo de nuestro nuevo hogar, allende las galaxias, en otro planeta, libre de hambre y guerra para nosotros, los últimos refugiados de la humanidad.| Febrero 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 41La ventana indiscreta
¡Feliz 2021! proclama en rojo el mensaje en la escayola de su pierna. Empezar el año encerrado entre cuatro paredes no ofrece una perspectiva atractiva, pero tras la ventana se despliega una oportunidad de espionaje diáfano y global. Resguardado bajo el disfraz del crepúsculo, el letrado acomoda su retina tras el teleobjetivo de su cámara: la vecina preparando una frugal cena; un niño termina los deberes sin ayuda de medios tecnológicos; un cartel denuncia en rojo: "Erradicar pobreza"... Entonces otro objetivo tropieza con el del abogado: un joven colocándose unos auriculares, pulsa un botón. El letrado amplía el plano tanto como su curiosidad... el chico está sentado en una silla de ruedas con una pierna escayolada. El abogado traga saliva. Acerca la imagen y sus miradas se encuentran. "¿Vas a hacer algo más que mirar, abogado?", lee en los labios del joven, su cliente, sin trabajo desde marzo de 2020.
| Enero 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 54Sopa de letras
Su mente se pierde entre las letras que bailan en su sopa. La odia, como detesta que hayan rechazado su historia. Ella, que desde bien temprana edad demostró ser paladín de la protesta, ahora dedicada en cuerpo y alma a proteger los derechos de niños y mayores, de vigilar y garantizar el acceso a la salud de los sectores más desfavorecidos, no puede evitar desanimarse cuando recibe la noticia. El ejercicio de la protesta que le facilita la abogacía es su pasión, pero la invención a través de la escritura es algo vocacional. Sus amigos Susanita, Manolito, Felipe, Libertad y su hermano Guille le animaron a participar en el certamen de relatos sobre abogados. Dejó su alma en la historia que homenajeaba a su maestro, Quino. "Paren el concurso que yo me bajo", piensa Mafalda al leer el mensaje por el que se rechazaba su relato.
| Octubre 2020
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 24Educación
La veo refunfuñar delante del libro. "¿Puedo encender el ordenador?", pregunta por enésima vez. "Termina esta página. Mira... ¡he descubierto un sistema innovador para aprender a leer!". Y digo impostando la voz: "La «m» con la «a»...". "¡Mamáaaa!, ¡que ya séeee!", protesta ella. Desde la experiencia y sabiduría que le otorgan sus seis años de edad, mi hija expone la situación de su colegio: la niña del pañuelo, Yashia, aún no sabe leer; tampoco Luismi, el vecino, porque durante el confinamiento no se conectaba a las clases online...
"¿Por qué estudias, mami? ¡Ya eres mayor!", pregunta al verme retomar mis apuntes. Aunque es pequeña le explico el valor del aprendizaje y conceptos como equidad, inclusión... Sonrío. Pienso en mis oposiciones a jurista de prisiones, pienso en los reclusos, acaso con hijos llamados Yashia o Luismi, pienso en mi hija y recuerdo que la educación es un derecho, no un privilegio.| Septiembre 2020
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 20Distancia
"¿Puedo llevar...? ¿Puedo llevar...?", recuerdo sus preguntas, idénticas como sus miradas implorantes. Aquel día, hace apenas un año, los gemelos llenaban en su habitación sendas maletas con juguetes, lápices y golosinas. "Dicen que son para los niños de la aldea", puntualizaste, orgullosa de la solidaridad defendida por nuestros pequeños diablillos. Sonreímos, enhebraste tus dedos en los míos y sentí el tintineo cálido de nuestros anillos.
Hoy, la condena impuesta por la crisis sanitaria sólo consigue fortalecer nuestra alianza. "Este verano no necesitaremos maleta", explicamos a los niños. "Pero, ¿no vamos a ir a...?", protestan al unísono. Mi mujer y yo, sonriendo, nos sentamos con ellos frente al ordenador. Las nuevas tecnologías obran el milagro: la distancia no es ningún obstáculo para cooperar y ofrecer apoyo humanitario y jurídico.
"¡Pero no es como el año pasado!", acusa uno de los gemelos, "Falta esto...", sentencia el otro mostrando sendas togas del armario.| Agosto 2020
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 15Plan Renove
Hacía tiempo que no contábamos con una en el bufete pero este Plan Renove abre un nuevo horizonte profesional para ellas. Esta candidata, en concreto, se ajusta perfectamente al perfil: licenciatura en Derecho y acreditada experiencia en pleitos medioambientales (conservar la pesca, impacto de vertidos...), pero en su elección ha sido determinante el componente orgánico. La guerra al plástico fomentada por la promulgación de la nueva Ley de Residuos ha descartado a los demás aspirantes, androides, supeditados al problema de la obsolescencia programada y fuente inagotable de basura que colma vertederos y contamina el agua de nuestros océanos.
Concluida la jornada, mientras el resto del personal pasamos a modo reposo, la nueva contratada toma su vehículo vintage de dos ruedas impulsado sin combustible.
El beneficio es general: nuestro repositorio-bufete recibe las ayudas por la contratación y preservación de personas físicas, y la elegida ocupa el puesto denominado BK-RI@ de Abogacía.| Junio 2020
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 26Brechas
Mellizos... chica-chico... ¿diferentes? No tanto, pienso mientras ella aprieta mi mano y él los dientes ante las embestidas de sendas agujas.
“¡Qué valiente!”… “No te quedará cicatriz, guapa...”… el eco de esas afirmaciones dibuja otra brecha similar a la que lucen mis hijos, que se abre todavía más cuando la monitora de la guardería más cercana a nuestro bufete ofrece una muñeca a mi hija, y al niño, un balón.
—¿Lista para un par de casos?—y explico lo sucedido en urgencias y en la guardería a mi hermana melliza, que observa preocupada las vendas de los niños. — Merecen que les denuncie por discriminar por género y desigualdad de trato a tus sobrinos.
—Hay brechas que no se cierran con un par de puntos, Jon. Pero soy positiva, siempre hay oportunidades para cambiar: hoy por fin un cliente me ha tratado como abogada, no como la secretaria de Leiva hermanos.| Marzo 2020
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 40El sol de los lunes
María nos sonríe desde el cartel del pasillo del bufete. Hace un año llamó a nuestra puerta, nos tendió su mano regordeta y le ofrecimos las nuestras. Habían rechazado su inscripción en una oferta de trabajo debido a su discapacidad y demostramos que las bases del concurso eran discriminatorias. Ganamos el caso y ella, el examen. Cuando terminó aquel contrato, María volvió a visitarnos. Nuestro bufete, que se precia de promover la igualdad de oportunidades y adoptar medidas inclusivas en su política de empleo apostó por ella. María trabaja ahora en contabilidad; como dice ella, lo da todo por el crecimiento productivo del bufete; como lo dio todo cuando obtuvo el grado de administrativo. Es la imagen de la campaña de inserción laboral de personas con síndrome de Down: "Me encantan los lunes", reza la leyenda; "pero los viernes, también, ¡claro!", confesó María, sonriendo, antes de tomarse la fotografía.
| Febrero 2020
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 45Sentido sostenible
Era mi primera entrevista de trabajo. Con mi doble grado en Derecho y Ciencias Ambientales bajo el brazo entré en el bufete. Me coloqué al final del largo ciempiés de letrados y, como ellos, recibí un grueso expediente de manos de una secretaria y una consigna aún más aterradora: "Tiene 20 minutos para estudiarlo". Instancias particulares, informes periciales, pruebas documentales... cuando levanté mis ojos aún palpitantes por tanta diversidad de información me hallaba frente al temido tribunal de asociados: "¿Qué nos puede decir del expediente?" Una demanda por degradación de cauces fluviales, apenas recordó mi veloz lectura... Entonces toqué, miré el expediente y me guió otro sentido que enarboló una respuesta arriesgada: "Convendría eliminar estas carpetas de plástico, imprimir folios por ambas caras, eliminar copias..."
Ningún otro candidato consideró las medidas para proteger el ecosistema del bufete, argumentaron los asociados para contratarme, y añadieron: la justicia sostenible comienza en casa.| Enero 2020
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 34Expediente sobre el planeta
Le recordó a aquel viejo expediente... en papel... ARJV tocó el documento, sorprendida, y comenzó a leerlo... Ese manifiesto de la judicatura declaraba que las vistas pasarían de rápidas a sumarísimas, para reducir el calentamiento producido por la superproducción de procedimientos del protocolo judicial. También mencionaba la interminable cohorte de secretarios, procuradores, pasantes, magistrados, jueces y abogados, residuo de un pasado individualista, que se reciclaría en un único protocolo de transmisión de datos denominado IURIS/UNIVERSIA/IP. Medidas drásticas para disminuir las emisiones nocivas generadas por casos inconclusos, sentencias arbitrarias y abusos de poder. Leyó el título del manifiesto: "Justicia sostenible" ¡No era una leyenda! Hubo una última iniciativa en aquel proceso que comenzó en 2019, con la Huelga Mundial por el Clima... Acabó el reinado del papel y gracias a los bosques la judicatura pudo respirar, suspiraron los metadatos de ARJV (Archivera-Replicante-Judicial-Virtual) mientras cerraba definitivamente el expediente "Sí hay PLANeta B".
| Octubre 2019
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 29Rentas
Lo admito... siempre he vivido de rentas. A falta de vocación definida, decidí estudiar Derecho, como mi hermano, para amortizar su inversión en manuales. Cuando éste murió en un accidente, además de sustituir el "hermanos" del letrero de nuestra firma de abogados por mi nombre de pila, sus clientes nutrieron mi cartera cuantitativa y cualitativamente. También heredé su secretaria y su costumbre de desaparecer dejando expedientes huérfanos sobre mi mesa. Así pues, esa noche pedí algo de la cocina del bar para hincar el diente a algo más sabroso que aquellos papeles... Tuve suerte, según el amable médico de urgencias la ingesta había sido moderada y la intoxicación, leve. Conforme masticaba aquella comida había leído en el expediente de mi hermano:"Gestionar demanda de afectados por listeriosis provocada por...". Mi reacción, también unánime: enarcar ambas cejas y escupir el resto de aquella carne mechada. Sí... gracias a las rentas, sigo vivo.
| Septiembre 2019
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 50Capital asociado
Aquella última jornada parecía no tener fin. Las palabras aparecían en la pantalla antes que en mi mente. ¿Antes? ¿Cómo era posible? Mi atónita mirada se columpió desde mis manos paralizadas por el estupor hasta el teclado del ordenador, que bailaba claqué con descarada autonomía. Parpadeé... sería cosa de mi cabeza… sí... el síntoma inequívoco de que la necesidad de vacaciones había alcanzado el nivel de urgencia extrema. “La donación íntegra del beneficio anual neto del bufete al asociado Luis Leiva se aprueba por unanimidad, sin apenas debatir”, leí en el documento escupido por la impresora, accionada también, por voluntad propia. Antes de sellar el documento se lo enseñé al socio fundador, que me admitió, entre las risas de mis compañeros: “Luis, es verdad, vamos a nombrarte asociado, pero creo que alguien te ha gastado una broma... eres tú el que aportará un capital… ¡pero de eso hablaremos en septiembre!”
| Agosto 2019
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 28Vista rápida
Me enamoré del Derecho por sus vistas… sí… la previa, la oral, pero, sobre todo, por la vista rápida. Asimilé el estudio de sus fuentes –consuetudinarias y otras normas-- con el sistema de "vista rápida", extrayendo sólo los conceptos clave. Obtuve el título sin problemas y al ejercer la abogacía descubrí la otra acepción de vista rápida como juicio sumario, que me ha permitido trabajar en múltiples casos, especializándome en testamentos. Entre mis mayores logros ha estado minimizar la cuantía del impuesto de sucesiones a lo que cuesta regar un cactus. Aunque, al representar a tantos clientes alguno tenía que resultar algo desfavorecido. Sí... lo confieso... mi método tiene... fisuras...pequeños agujeros como el de la prenda que reclama mi último cliente, beneficiario del testamento que redacté: ¿quién iba a pensar que su padre escondería las joyas familiares en el mísero calcetín que escapó al análisis de mi vista rápida?
| Julio 2019
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 41Batallas
Visto para sentencia: silencio en mi mirada, lágrimas en la suya. Caminé hacia el bufete arrastrando mi maletín, cargado de culpabilidad. "¡Es una injusticia!", había protestado él al contarle que había perdido el caso, que la hermana de su compañero de clase sería repatriada, al ser mayor de edad y no conseguir un contrato de trabajo. "¿Qué podemos hacer?", imploraba. Al llegar al bufete abrí el maletín y encontré un papel: "No han llegado en patera pero son nuestros vecinos, merecen un rescate...", seguí leyendo las llamativas letras escritas por mi hijo. Levanté la vista y volví a decretar el lema que presidía el cartel de mi despacho: "Cada uno debe librar las batallas a su alcance". Mientras encendía las velas en la cena comenté con mi familia la propuesta de nuestro hijo: "Necesitamos contratar a alguien para ayudarnos en las tareas de casa... ¿Se te ocurre alguien, hijo?"
| Junio 2019
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 22Premio Startup Abogacía 2099: Proyecto Ruiseñor
El epílogo del proyecto, sublime y la elección de la imagen, acertada: la dama de la justicia con su balanza hundida en la arena ha atrapado la atención del jurado. Recuerda a "El planeta de los Simios", pero mejora con esta adaptación al mundo del Derecho. Tras la visión del apocalipsis de la justicia lo último que esperaba el respetable es ver a un mito de la abogacía traspasar la pantalla y menos, tomar la palabra: "A las puertas del siglo XXII el declive de nuestra profesión exige una transformación radical, con soluciones eficientes. Optamos a este prestigioso premio sembrando un desafío: crear una conciencia legal artificial inspirada en los mejores abogados de todos los tiempos. Sólo soy la imagen de esta startup, una semilla, pero abogo por incorporar a nuestra aplicación otras experiencias judiciales, reales o ficticias... ¿por qué matar a un ruiseñor?", defiende el holograma de Atticus Finch.
| Abril 2019
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 18De abogado a abogada
Sin duda, el 9 era su número. La pasantía forjó su carácter y, bajo los auspicios del sugerente año 69, comenzó su romance con la judicatura, relación que pronto cumpliría sus bodas de oro. No necesitaba taparse los ojos con una venda para recordar, nítidos, los casos que se columpiaban entre uno y otro lado de la balanza. Procesos sencillos y complicados. Buenos y malos momentos. Como la vida misma. Y ahora debía condensar toda esa vida en 45 minutos, como en una de sus píldoras matutinas. Así lo hizo, preparó su ponencia. Aquel 9 de mayo, el decano del colegio de abogados de Valladolid acomodó sus noventa años sobre la cama del hospital, se ajustó la toga, y de abogado a abogada, dictó a su nieta, futura promesa del Derecho, un tweet: Innovación tecnológica al servicio de una profesión transformadora, primera ponencia por videoconferencia, Congreso de la Abogacía 2019.
| Marzo 2019
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 18La crisis de los cuarenta
6 de la mañana, del día 6… mi aniversario, y ya estoy levantada. Asida a la vigilia gracias a una taza de café, leo, a sorbitos, los expedientes que pasarán por mi bufete esta semana. Aún sigue sin resolverse la demanda de Juan por incumplimiento de contrato; Nadine todavía no ha recibido respuesta de la oficina del refugiado; una notificación de Stop Desahucios comunica el plazo para paralizar la ejecución de una hipoteca; ¡Vaya! una fotografía del tío Luis en la manifestación por unas pensiones dignas... Enciendo el ordenador y me abofetea un titular: "Un niño demanda a sus padres por traerle a este mundo miserable". ¿Qué ocurre con los derechos de la ciudadanía? ¿Están sufriendo -como yo- la crisis de los cuarenta? Pero recordé que las crisis son una oportunidad para renovarse… Y que no es casualidad que una abogada haya nacido bajo la misma estrella que la Constitución.
| Octubre 2018
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 28Los intocables
Otra vez arrinconado al fondo de la sala. Un paria. Un intocable. ¡Maldito oficio! Decidido a dar un giro a la situación, me acerqué al grupo: “Soy abogado”, me presenté. Mi verbo fluido se columpiaba entre casos ficticios, alegaciones supuestas y sentencias increíbles. En un alarde de intrepidez cité el juicio más mediático de la actualidad. Craso error. Un contertuliano presentó a otro abogado que participó en dicho proceso. “Le recuerdo: ministerio fiscal”, confirmó éste. Contestar un tímido “sí” y huir victorioso fue todo uno. Ya en el ropero, nos volvimos a encontrar: yo, con mi gabardina, sin sombrero de ala ancha y sin el carisma de Elliot Ness, arrepentido de repudiar mi profesión, de dejar en convalecencia mi oficio de inspector de hacienda; y el abogado, que aseveraba: “Estoy harto de que se me ningunee en actos sociales; gracias por no delatarme”, mientras recogía el frac y el maletín.
| Septiembre 2018
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 45Abogado estival
El tiempo apremiaba. La súplica dibujada en el rostro de mi cliente me acuciaba. Así funcionaba mi mente, curtida en el oficio a golpe de juicio rápido, por lo que me lié la toga a la cabeza y me zambullí entre la multitud. Como medida cautelar usé mi capacidad para identificar sólo lo primordial y así hallé la información pertinente. El glosario explicativo era infinito pero mi poder de lectura rápida fue crucial para sentenciar de igual o más acelerada manera, si cabe
- ¡Mi héroe! Has encontrado mi favorito, aplaudió mi mujer cuando le llevé su helado preferido tras abandonar el abarrotado local del centro de Manhattan.
Otro cliente satisfecho... un buen abogado no descansa ni en verano.| Agosto 2018
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 16El cuento de los tres acusados
Por fin acabaría con ellos, con los tres. Se les acusaba de incumplir la ordenanza urbanística y de un delito de lesiones. El fiscal presentó las pruebas: un caldero de agua hirviendo, testigo del intento de tortura, y la credencial del colegio de arquitectos del demandante. Cuando les llamó a declarar, los tres acusados juraron que les habían echado de sus casas, a lo que el arquitecto- demandante alegó que desalojó por precaución las viviendas de paja y madera, y que al tratar de inspeccionar la de piedra entró por la chimenea y cayó al caldero, sufriendo graves quemaduras. Los acusados decían que actuaron en defensa propia, reivindicaban su condición de víctimas de acoso y engaño de un depredador. Según la sentencia los tres cerditos costearían una nueva Inspección Técnica de Edificios (ITE) y la factura del hospital del arquitecto. Bajo la toga de fiscal, el lobo relamía su victoria.
| Julio 2018
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 18El Salvaje Mundo de la Ley
Decían que resultaba perfecto para adentrarse en el mundo judicial, la mejor práctica para un recién licenciado. Me hicieron pasar a la sala de audiencias sin proporcionarme la pertinente toga, hecho que me sorprendió, máxime cuando me invitaron a sentarme entre el público. Primero se personó el fiscal mostrando un anillo como prueba crucial, después la defensa decidió abogar por la duda razonable y, seguidamente, desfilaron los testigos. La veracidad del juicio fue incuestionable hasta que el juez pronunció: "Visto para senten..., senten...", y martilleó su cabeza, que, entre chispazos, cayó sobre la mesa. Censuraré los exabruptos emitidos —en otro idioma— por el diseñador de los "androides-magistrados-anfitriones", para centrarme en la protesta que enarbolé agitando el albarán acreditativo de mi entrada como "letrado-visitante". Salvo esos desajustes, la recreación resulta perfecta para interactuar con el mundo judicial; de hecho, he interpuesto una demanda contra la multinacional propietaria del parque temático LEXWORLD.
| Junio 2018
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 23El cuento de la abogada
Desde hace un rato me sigue como un perrito faldero. Lleva una libreta y, lápiz en mano, mi hija es la viva imagen de la expectación. Comienza el bombardeo de preguntas: "¿Todas las sentencias son justas?" Y debatimos sobre el reciente fallo que reduce una violación a un simple abuso. "¿La justicia es igual para todos?" Y comentamos la grabación que muestra cómo unas cremas aparecieron en el bolso de una representante pública sin pasar por la caja del supermercado. "¿En los juicios siempre se dice la verdad?" Entre los infinitos ejemplos hoy, primero de mayo, sólo recuerdo eufemismos como apelar a la imposibilidad de renovación de contratos para amparar despidos improcedentes. "¿Crees en la justicia?", es su última pregunta. Y llega el momento de sentenciar: cuando mi hija me lee su redacción sobre lo que significa ser abogada me recuerda por qué aún quiero, pese a todo, seguir siéndolo.
| Mayo 2018
Finalista
Votos recibidos por la Comunidad: 42El cuento de la criada
Querida, las campanadas de medianoche vuelven a marcar el plazo, esta vez para solucionar tu caso. Pero primero ordenaré tu expediente: la noche de autos abandonaste tu puesto de trabajo para acudir al baile. Los testimonios de los asistentes coinciden en la fascinación que causó tu llegada, con tu elegante caminar; suscriben que tu baile con el príncipe basculó entre una excesiva intimidad y acoso en demasía; todos concluyen que a medianoche tu huida apresurada y accidentada causó algo más que la pérdida de tu zapato de cristal. Y como pruebas: el susodicho calzado, un edicto emplazando a las jóvenes a probárselo y otro bando que te acusa de traición por rechazar al príncipe. Y aquí está el documento mágico, fírmalo y formarás parte del programa de protección de testigos. Querida Cenicienta; yo, tu “aboghada” madrina lucharé por ti: ¿para qué dejaste de ser una criada?... ¿Para convertirte en otra?
| Abril 2018
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 16La gran final
Tras el martillazo sobre la mesa el plató enmudece.
—Habéis deliberado sobre los cinco hechos. Aspirantes a letrados, presentad vuestras conclusiones —ordena la megafonía.
"Sobre un columpio, en presencia de un vicario, cantaron su unión, refrendada en una partitura. En base a la prueba documental A —partitura resquebrajada—, testimonio oficial de su enlace, estimo que el caso trata de.... ¡una demanda de divorcio!", asevera el primero.
"En un divorcio... ¿cuál es el objeto de discordia de la pareja?: los bienes...y la guarda de terceros. Este caso se centra en... ¡la custodia por el columpio!", concluye el otro.
Con el triunfo brillando en sus sonrisas de dientecitos metálicos, los pequeños concursantes reciben, ex aequo, sendas mini-togas.
"El baremo de exigencia asciende al ritmo de la audiencia del concurso. Argumentar un caso con cinco datos. ¡Qué gran cantera de abogados... o de cuentistas!", musita tras su sentencia el juez de Masterlex junior.| Marzo 2018
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 63El retrato
¿Quién sería la mujer del retrato? Uno de tantos enigmas perdido entre sus útiles de pintura. Intenso y seductor, como las pinceladas de sus óleos, mi tío huía de la preocupación de cuestiones legales, para refugiarse en el estudio donde trabajaba sin fatiga. Yo era su única sobrina, la virtual heredera de su ingente obra. Tenemos tiempo, abogada, me dijo con una sonrisa ambarina tras la sombra de sus ochenta velas. Apoyada en la repisa de la chimenea donde descansa su urna tiemblo al leer los documentos que bailan entre mis manos: abintestato, herencia, litigar... ¿Quién tiene el valor de cuestionar mis derechos? Mi mirada se columpia entre la portadora del documento y la protagonista del cuadro que preside la estancia. El retrato, convertido en espejo frente a la joven, refrenda lo que el certificado de nacimiento declara. Descubrir el secreto de mi tío conlleva un precio... y una pérdida.
| Febrero 2018
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 35Conciliación
Cierra de un portazo el coche y con el maletín en una mano y yo en la otra, corremos hacia la entrada.
“La ley nos dice que todos somos iguales, pero el propio lenguaje marca la diferencia: el género es masculino, la barrera, femenino. Debemos superar los obstáculos para lograr la igualdad y aprovechar las oportunidades para conciliar vida familiar y laboral.”
La directora del cole nos mira con cara de doble interrogante.
“Quiero decir... sin ningún género de dudas puedo afirmar que todos los niños son iguales. Pero a algunos les cuesta conciliar el sueño y más reconciliarse con la vigilia; además, la barrera del peaje estaba estropeada y… Sí, señora directora, llegamos tarde, pero déme otra oportunidad, ¡déjele hacer el examen a mi hija!”.
“¡Mira que soltarle el alegato que había preparado para el juicio!”, dice mi madre antes de desearme suerte y correr hacia el juzgado.| Octubre 2017
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 16Duda relativa a...
Cuando llegué al lugar de los hechos mi mente de leguleyo se puso a trabajar a toda máquina. Las pruebas no daban lugar a dudas, quizá a una duda razonable, a una duda relativa... relativa al desarrollo de los hechos. Un vistazo rápido y concluí que estaba rodeado de sospechosos: uno escondía la mirada y el otro me la sostenía descaradamente. Los llevé a otra estancia, fuera de la escena del crimen, pero ninguno estaba dispuesto a confesar, así que resultaba imprescindible someter a los presuntos implicados a un careo. Las acusaciones volaban como un boomerang y decidí poner un mediador; y, seducidos por una tarta de chocolate, confirmé lo ocurrido: que la cristalera yacía en el salón víctima del fuego cruzado (balón) entre mi hijo mayor (autor gol) y el pequeño (portero), y que yo debía buscar en la guía telefónica a alguien para repararla... o poner una red.
| Septiembre 2017
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 31La sentencia
Ojalá esto acabara ya. Ojalá yo fuera el árbitro; yo, que ostento el récord de emisión de sentencias en breve plazo, el "juez sumarísimo"; pero, yo, soy el encausado. El ministerio fiscal despliega su dialéctica para acusarme de mil negligencias: incumplimiento de plazos, inexactitudes en el trámite, fallos de protocolo... Pero los defensores capean, ágiles, el temporal de acusaciones, esgrimiendo sus argumentos para quitar hierro a tales calumnias. Todos los juicios en los que participé desfilan ante mí, como un ciempiés, en una interminable letanía que me sumerge en un profundo sopor. ¡Visto para sentencia!, me despierta un golpe seco. El ujier me indica que recoja mis pertenencias: mi reloj parado, y un neceser con un cepillo de dientes y mucha incertidumbre. Me dirijo lentamente hacia una luz celestial en un eterno pasillo bajo un calor endiablado. Camino y cavilo... cavilo camino a mi sentencia final... ¿paraíso o infierno?
| Agosto 2017
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 15Dar la talla
¡Deber cumplido!, pienso al bajar del estrado, y sonrío al recordar que fue un incumplimiento lo que me trajo hasta aquí. Desde pequeño quise volar alto: mi gran anhelo era mantener el orden y garantizar la seguridad, pero se vio frustrado por una pequeñez que me dejó a un palmo de lograr mi sueño. Había preparado las oposiciones a conciencia: aprendí de memoria toda la legislación, incluso la ordenanza contra vagos y maleantes que, aunque en desuso, tanto me fascinaba. Dominaba al dedillo todos los casos prácticos. En fin, que mi grado de preparación era muy alto. Pero incumplí un requisito... no di la talla... no alcancé la altura por poco, aunque sí llegué a culminar otro presunto nivel, el jurídico: estudié Derecho y cumplí mi sueño de defender el orden y la justicia, pero sin necesidad de ser guardia municipal, y aunque lo haga subido a un taburete.
| Julio 2017
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 29En blanco y negro
Las manecillas del reloj de la sala de espera jugaban a hacer malabares, mientras mi compañero de estancia escondía la mirada. La situación era inédita, un meneo al sistema judicial sin precedentes, que nadie sabía cómo solventar; en la revisión médica nos habían inoculado un virus muy contagioso y había que evitar que la pandemia afectara a toda la judicatura: todos los vacunados habían incurrido en graves faltas. ¿Casualidad? Quizás, pero los abogados implicados mostraban problemas de comprensión, físicos... Frente a mí, el magistrado que, como yo, acudía al médico para comprobar los efectos de la vacuna, me comentó: ojalá no afecte al "DAN", afirmó. "ADN", rectifiqué. Dislexia, afirmé para mis adentros. Soy optimista, veo mi futuro tan verde como la pradera de ese cuadro, concreté. Nadie se percatará de mi daltonismo, pensé satisfecho, mientras él asentía y sonreía socarronamente frente a la imagen enmarcada de... el "Gernika" de Picasso.
| Mayo 2017
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 47Abogado del Tiempo
XVIII... XX. Abrí la puerta del bufete y comencé a deshilvanar el argumentario para justificar el retraso en el inicio del juicio, alegando la ineptitud del estúpido becario que me habían endosado como pasante. Atendería al caso que había que litigar a la mayor celeridad y... Mi interlocutor dio media vuelta y ¡albricias! percatéme de su vestimenta.
Y principié mi relato... Me dispuse a desentrañar las bienaventuras de mis pareceres para enmendar la demora en el preludio del pleito, arguyendo a dicha tardanza la necedad del mentecato aprendiz que me habían endilgado como meritorio. Escrutaría la controversia que había que litigar con la mayor premura y...
Al salir comprobé el número que presidía la hoja: X X, y entonces vi el palito que yacía en el suelo. Bueno, lenguaje pelín engolado para ser decimonónico. Nunca me fijo en el orden correlativo de puertas y siglos. ¡Que soy Abogado del Tiempo!| Abril 2017
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 28Otra oportunidad
Contempló la estancia tapizada de libros, aquella magnífica biblioteca: su prisión. Había sido condenada al privilegio de disfrutar del saber de los eruditos. ¿Condena o quizás oportunidad? Había estudiado Derecho, la única condición que le impusieron sus padres a cambio de satisfacer todos sus caprichos. La niña mimada que lo conseguía todo, incluso lo que no podía tener. Se tocó la muñeca, podía haber sido peor, pero sabía que habían perdido la confianza en ella. Un descuido, un olvido, un despiste. Así lo definió ella, a pesar de conocer el alcance legal de su acción, pero así se lo hizo entender al juez. Volvió a mirarse la muñeca y suspiró con una sonrisa socarrona; el capricho de robar un collar le llevó a lucir aquel brazalete electrónico; arresto domiciliario por hurto, por ser la primera vez; tenía 70 días para reflexionar entre aquellos libros. Otra oportunidad.
| Febrero 2017
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 10Justicia equilibrada
Era su último día. El asociado más longevo y ecuánime del bufete se jubilaba. Adalid de la discrección y la moderación, el homenajeado, ataviado con su característica toga, recibió el regalo con el que le obsequió la empresa: una balanza de oro flanqueada por dos grandes cestas repletas de presentes navideños. “¡Qué decepción!”, recriminó el viejo letrado ante el asombro de la audiencia; “los turrones y el cava no perduran en la memoria. Menos mal que algunos compañeros han pensado en algo sin fecha de caducidad”, añadió el magistrado guiñando un ojo al sector más joven del bufete. De una patada mandó a hacer puñetas las cestas y el recién jubilado procedió a abrirse la toga emulando con su gesto a Superman: “Pero gracias por la balanza, así siempre recordaré lo importante que es la justicia”, dijo mostrando el tatuaje de la diosa Temis en su torso.
| Enero 2017
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 5El regalito
Cuando llegó al bufete encontró una gran caja en la entrada. Su dolor de espalda le persuadió de moverla y se limitó a tomar la nota pegada en la tapa. Empapada por la lluvia, la tinta estaba tan desvaída como las palabras que consiguió leer: " regalito"... "hacerte daño"... y, firmado, "J...". Pasó una mano temblorosa por su frente y aflojó el nudo de la corbata. En el control de seguridad le confirmaron que era un aparato electrónico. Aquellas palabras martilleaban la mente del juez... Recordó que hizo testificar a aquel poderoso magnate, Jonás, pero la inadmisión a trámite del caso le eximía... O ¿quizá fuera el fallo del juicio por la tarjetas falsificadas?, estaba implicado aquel pez gordo, Jaime... El sonido del teléfono le sobresaltó.
—Cariño, ¿te ha gustado el ultrasonidos? ¿Y la nota? Escrita por tu hijo... solito: "Un regalito para no hacerte daño en la espalda. Jorgito".| Octubre 2016
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 32Juzgado de playa
—Zeñor nuez… —comienza la defensa.
—Su señoría, señor juez —corrige la acusación.
—Esperen, letrados, voy a colocarme la toga —tercia él, cubriéndose con una toalla.
—Zu zeñoría... nuez —puntualiza el defensor—ha zucedido un indecente…
—Incidente —corrige la fiscalía.
—¡Pero yo zoy inocente! — justifica la defensa enarbolando una cartilla escolar y escondiendo una carpeta.
—Señor nuez, digo señoría, el acusado ha actuado con alevosía, allanamiento y nocturnidad: esperó a que me durmiera bajo la sombrilla (¡hacía un sol de justicia!), cogió las llaves de casa y vació la cajita de monedas para comprar esa carpeta de Pokémon.
—¡Silencio en la playa! —interrumpe el juez. Y mirando a ambos, sentencia:—¡Condenados a dos días sin helado. Tú, querida, por incumplimiento de contrato (le prometimos un regalo por aprobar el curso), y tú, hijo, por hurto menor! —La justicia no descansa ni en verano —suspira el señor nuez toallado, digo... juez togado.
| Agosto 2016
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 40Olvido
Como tantas noches, él apenas ha pegado ojo. Sentado frente a su viejo escritorio de caoba, observa el expediente judicial: informes, fotos, gráficos... su vista recorre de este a oeste la amplitud de aquella superficie, aquella mesa cubierta de no menos abundantes pruebas. Conoce uno a uno cada elemento de aquel caso, su mente pasea por aquella imagen panorámica jalonada por esos hechos analizados una y mil veces. Se atusa el cabello cano... debe adoptar otra actitud... observar los hechos desde otro punto de vista... dejar que pase ese nubarrón que se cierne sobre su memoria como un eclipse...
—¿Es usted la nueva secretaria? Prepáreme la toga, hoy tengo juicio.
Como tantos días, a ella le apena que su marido haya olvidado que es un abogado ya jubilado... pero a ella también le gustaría olvidar que él no recuerda que es su esposa.| Julio 2016
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 42Alegato cavernícola
¡Adiós, vida mía! Aceptaré la sentencia que me habéis impuesto, que me lanzáis como piedras talladas con vuestro desprecio. Tu defensa ha esgrimido unos argumentos irrefutables y certeros como el más afilado de los arpones. Algo ha cambiado, como cambian las lunas, como cambió con el fuego… entramos en una nueva era. Estos nuevos tiempos me obligan a una única salida: la renuncia. Es cierto, yo no podré ofrecerte un asentamiento estable, tan sólo una vida nómada. Nunca podré poner trigo en tu mesa, pero jamás te faltará un trozo de carne que llevarte a la boca. Y que sepas que yo no pretendía simplemente ligar contigo, como denota el gesto de asentimiento del jefe de tu clan en su sentencia; soy un hombre, en genérico, tanto como los que te defienden con sus palabras pulidas, y aunque no acepte los cambios del Neolítico, recuerda que tampoco soy un neandertal.
| Mayo 2016
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 5Fuera de plazo
—¿Qué ocurre? ¿No estás satisfecho con el veredicto?—el abogado escruta la reacción de su hijo. —Enséñame el documento con la solicitud. Una, dos, tres y cuatro peticiones. Y como resultado… cero—el abogado encuentra un mohín de disgusto en el rostro de su vástago.
—Pero no habías visto... ¡esto! Así tendremos dónde apuntar el plazo de vencimiento de la oferta. Para más seguridad, hoy, seis de enero, enviaremos la solicitud —afirma el letrado jugando con el calendario del bufete, único regalo bajo el huérfano árbol de Navidad.
—No pasa nada, cariño —interviene la madre—, esto es parte de un nuevo plan: los regalos están bajo otro árbol de otra casa, nuestra nueva casa —y ella toma entre sus brazos a su hijo ante la mirada atónita del abogado, que musita “listo para sentencia: condenado por no haber mandado en plazo la carta a los reyes magos”.| Enero 2016
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 5Exilios
Las ráfagas de personas que recorren de este a oeste la pantalla del televisor obligan al letrado a permanecer prisionero en su cómodo sillón. Maletas que transportan toda una vida, con billete sólo de ida. La frontera como primer destino, el asilo como eventual refugio. El abogado se incorpora con lentitud, cargando sobre sus hombros la responsabilidad que decidió llevar hace años. Se aproxima a su mesa de trabajo y toma entre sus manos una fotografía antigua: un niño, una maleta. La guerra se revela en instantáneas similares, hace 70 años o hace cinco minutos. El abogado toma su maletín y se dirige a la Oficina de Asilo y Refugio. Recuerda por qué decidió estudiar Derecho: "Hemos hecho lo que ustedes habrían hecho en nuestro lugar", resuenan en su mente las palabras de los padrinos que acogieron a su padre cuando estuvo exiliado en Francia durante la guerra civil.
| Octubre 2015
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 2Anatomía de un magistrado
Al marcar aquella casilla mi vida daría un giro radical, suponía la expulsión de ese virus que mi familia consideraba la vocación que me hubiera apartado de nuestra estirpe de letrados. Durante la carrera hice análisis de cada pieza del esqueleto formado por el corpus judicial a través del estudio de interminables tratados sobre leyes. Obtuve el título de doctor y comencé a atender las consultas de mis clientes: diseccionaba cada informe, mis argumentaciones eran incisivas como un bisturí, todos los culpables sufrían la amputación de parte de su libertad... Apelar a mis diagnósticos era una operación insalubre para los letrados, tanto como descifrar los escritos de mi puño y letra. Desde que me recibí en la especialidad de juez adjunto, visto una toga blanca en honor a mi extirpada vocación, y en mi juzgado esterilizado, cierro todas mis intervenciones con un sonoro: "Hora de la sentencia...".
| Junio 2015
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 7¿Casualidad o causalidad?
Ella cierra la puerta de la academia y con ella años de estudio cuyo fruto atesora en su carpeta. Él da carpetazo al informe de cuentas de su bufete y cruza la calle para dirigirse a su otra actividad, ayudar en una ONG. Ella camina cabizbaja, él corre sin mirar al frente. Dibujos y documentos forman un mosaico sobre la acera. Disculpas y papeles, papeles y disculpas. En su casa, ella encuentra una oferta de empleo de un bufete entre un diseño publicitario para una marca de pan y un paisaje marino. En el bufete, él reordena el informe y descubre el programa de una exposición de arte. Ella llama y él abre la puerta. Ella le entrega el documento en el que se solicita un “retratista de la verdad” para juicios y él le pregunta cómo puede colaborar su ONG en la exposición de “Retratos verdaderos”. ¿Casualidad o causalidad?
| Abril 2015
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 1