Truco

Ignacio Méndez Rubio · Madrid 

Como por Navidad, San Blas y la Virgen de Agosto, el viaje al pueblo era obligado en el puente de Todos los Santos. Y en el pueblo, la visita al cementerio y a las tías. «En dos o tres años -se decía- ya sólo tendré que venir a un sitio… o quizá ni eso, ¿para qué?» Al tío no, al tío no quería ni verlo. Había envenenado a la familia metiéndose en pleitos por un asunto de lindes. ¡Quién le mandaría a él haber estudiado Derecho! Detestaba conducir en caravana, los días de difuntos, que estuviera nublado. Miraba a la trasera del coche frente a él, a un niño, inocente, jugando a asustarle con una calabaza. El truco o trato. Intentaría de nuevo negociar como último recurso, por sus tías. Por ellas, que nunca pensaron que acabarían enterrando a su sobrino, reventado a tiros por el loco de su hermano.

 

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