Avaricia
Lita Rivas Folgar · La CoruñaCoincidí con Arturo en la facultad de Derecho. Yo era un alumno mediocre, aunque con mucha voluntad. Él era un fenómeno, con un elevado coeficiente intelectual y muy ambicioso. Me costó sacar la carrera, que él finalizó en un tiempo record, junto con Empresariales. Siempre me decía que se había marcado un calendario de metas improrrogable. Yo me conformaba con caminar lento pero seguro. Me licencié y oposité a una plaza de fiscal, que conseguí.
Mi vida profesional fue satisfactoria y ya jubilado, un día, visitando a un amigo en el asilo, le vi. Me costó reconocerle. Era Arturo y de manera muy breve me contó que había conseguido sus objetivos como directivo de importantes entidades financieras. Iba a felicitarle cuando me interrumpió: -Nada de esto me compensa el tiempo que he pasado en prisión.-¿Por qué?- pregunté. –La codicia nunca ve el saco lleno-me contestó.