HECHOS, NO PALABRAS
Amparo Martínez AlonsoDicen que el dolor, la decepción, el fracaso… te marcan. Pero a mí, lo que realmente me marcó fue tu tatuaje, tu vocación a flor de piel. Nunca imaginé que un joven abogado cobijaría el lema que iba a cambiar mi vida.
Todo comenzó tras aceptar una apuesta: “A que no te atreves a quitarle la cesta a esa vieja”. No me lo pensé dos veces. Era un reto fácil para un chico de la calle: dar un tirón y echar a correr con el botín. Pero aquella anciana, aferrada a su posesión de mimbre, desparramó por tierra cada uno de mis planes, sentenciando la fecha de caducidad de mis correrías.
Hoy estreno puñetas sobre mi toga y, como entonces, aquella leyenda de tu muñeca, “Res non verba”, continúa iluminando mi camino. Por eso, en cada juicio trato de volver del revés algún caso perdido, como tú hiciste conmigo.
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Hola, Amparo.
Me gusta mucho ese «res no verba» porque así son las cosas en tu micro. Una historia de un muchacho que cogió el camino correcto.
Suertísima, guapa. Te la deseo de todo corazón.
Besos y a subir como la espuma.
Muchas gracias, Tow.
Tú si que sabes subir el ánimo!!!! Pero, que buena escritora y qué persona tan «remaja» eres.
Un abrazoooo grande
Buen relato, Amparo. Sabes de la afición de los abogados a los latinajos, para mí le aporta un valor añadido en el texto y en el título. Fíjate que yo el título lo hubiera dejado en latín, también. Para gustos, ya sabes.
Mucha suerte.
Un abrazo y un voto.
Lo pensé, Esperanza. De hecho lo puse y luego lo quité porque me pareció desvelar, desde el principio, la «esencia latina» del tatuaje.
Un abrazo grande!!!
Hola Amparo, siempre es un gusto leerte y este relato me ha gustado mucho. Quizá más de un letrado se vio en alguna circunstancia parecida que le hizo virar su rumbo.
El latín es mi debilidad, me suenan tan categóricas sus frases, ese Res non verba, lo dice todo.
Un beso y por si no me ubicas por el avatar, soy Asun.
Hola, Asun!!!!
Qué alegría «verte» por aquí.
Muchas gracias por tu comentario.
Espero leerte pronto.
Un abrazooo
Más vale tarde que nunca, especialmente si es para cambiar a mejor.
Buen micro, Amparo.
¡¡¡SUERTE!!! y abrazo.
Gracias, Rosy!!!!
Un abrazo grande para ti!!!
Estupendo relato Amparo, sobre todo en esas frases que no explican tácitamente pero lo dan a entender todo, Muy buen micro. Sí señor. Y yo no hubiese puesto el nombre en latín. Cuando la utilizas en el relato impacta por si sola, creo, que no sería así, si ya fuese el titulo.
Gracias, Bego.
No sabes qué bien me sientan tus palabras!!!
Y me alegra que coincidamos con lo del título en castellano para que impacte más en el desenlace del relato.
Un abrazo grande.
Por fin!! Me gusta creer que los casos perdidos, puedan encontrarse, fenomenal Amparo.
Muchas gracias por tu lectura, comentario y voto, Paloma (como siempre tan constante).
A mí también me gusta pensar que el futuro no está escrito.
Un abrazoooo
Hola, Amparo.
De la calle al estrado con ese lema en latín, que tú haces vivo, palpitante. El que a buen árbol se arrima… Me ha encantado tu micro. Besos.
Jajaja. Cuánta razón llevas: un buen árbol siempre es una una influencia :)
Muchas gracias por tu comentario, Eduardo.
Un abrazoooo
Una buena influencia!!!!
Amparo, te devuelvo la visita, con voto y comentario incluido.
Estos días estoy aislada para no contagiar a nadie mi gripe, pero chica, ojalá me contagiases tú tu buen hacer literario… nunca defraudas… qué pedazo historia, Amparo!
Enhorabuena y te deseo mucha suerte, aunque ya va de serie en tus «puñetas» de escritora, verdad?
Un fuerte abrazo (de lejos aún, como me dice mi médica, tocaya tuya, Amparo)
Marta
Que te mejores, Marta.
Pero qué graciosa eres!!!!
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazoooo grande.
Espero q nos leamos este próximo mes :)