Homo iuris
Jerónimo Hernández de CastroAgazapado tras el escritorio de madera, con la espalda cubierta por un muro de Aranzadis, aún es posible detectar su presencia en la penumbra del bufete. Es una criatura extraña en la menguante diversidad del ecosistema, cuyas muñecas se asientan firmes con gesto profesional sobre su carpeta de piel, mientras entrecruza unos dedos que jamás pulsaron teclado alguno. Libre de actualizar un equipo informático del que carece, se nutre de la edición anual actualizada del código civil, con el que atiende a plena satisfacción a los pocos clientes que le requieren expresamente.
Para la dirección es el último ejemplar de una especie a proteger, aunque crece la incertidumbre sobre lo sostenible de su existencia y si será posible salvar de la degradación una herencia profesional tan valiosa como la suya, próxima a la extinción por falta de relación con otros congéneres.
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Brillante relato, dotado de una atmósfera tan siniestra como entrañable. Muy bien escrito, sí señor. Enhorabuena y mi voto
Muchas gracias Nicolás. En la oscuridad del ecosistema aún subsisten especímenes a proteger. Un fuerte abrazo
Muy ingenioso tu relato Jero.
Felicidades y suerte!
Muchas gracias Yolanda! Me alegra mucho que te haya gustado. Un beso
Un relato escrito con ingenio y con añoranza por un trabajo hecho a fuego lento.
Te deseo mucha suerte, Jero. Te dejo mi voto.
Besos apretados.
Muchas gracias Pilar! Gracias por tu cariñoso comentario, para saborearlo también. Un beso enorme
Una pequeña maravilla.
Muchas gracias Margarita! Siempre tan amable. Un beso grande
Entre los seres vivos a extinguir se podría incluir tu personaje, alguien tan peculiar que podríamos definir como una subespecie de un solo miembro, alguien muy profesional, pero voluntariamente alejado de toda evolución mecánica, lo que reduce considerablemente su radio de acción laboral, aunque seguro que es un precio que no le importa pagar en aras a una peculiar autenticidad, que tampoco se le puede negar. El hecho de que sus dedos nunca hayan tocado un teclado, en una profesión como la suya, impresiona.. El último de una estirpe, un pequeño dinosaurio.
Muy original y bien contado, Jero, como no podía ser de otra forma.
Un abrazo grande
Graciaa Angel por tus palabras. Quizá sea un pequeño dinosaurio que espera un meteorito que le despierte y lo saque de de su penumbra
Un abrazo inmenso
Jero, muy buen relato. Un historia muy entrañable. Yo casi diría que tu narración es como una fotografía, en la cual nos muestras ese ejemplar único, que está apunto de la extinción.
Me ha encantado, te deseo mucha suerte.
Un abrazo.
Muchísimas gracias Javier. Me alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo enorme
Bravo, Jero.
Tu personaje, tal y como lo describes, se me antoja como un gollum, ¡fíjate tú!
Me ha encantado.
Suertísima!!
Un abrazo.
Muchaa Muchas gracias Towanda! Me encanta tu comentario. Lo imagino amarrado al código : mi tesoooro. Un beso enorme