Héroes

Antonio Jesús Molina Fernández · Nívar (Granada) 

Al oír la sentencia no pude por menos que reírme. El letrado describió mi coche como ”un cohete mortal” que produjo un “daño irreparable”. Por un pequeño accidente de coche contra una familia que salía de un restaurante. Sé que no voy a ir a la cárcel y lo demás no me preocupa. Tan sólo me arrepiento de haber matado al niño pequeño. Cuando me bajé del coche se le veía la lengua roja y negra y caída frente a él una bolsa de gominolas en el suelo. Su madre no paraba de llorar y de decir” ¡Mi vida, por favor mi vida!”. No supe qué decir. A veces, por las noches, se me aparece su cara y me sonríe como si me estuviera vigilando. Como un espía. Como un cazador. Y me aterraría la culpa si pudiera sentirla. Si quisiera. Y tan solo tengo 16 años.

 

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