EL DILEMA
JUAN MANUEL RUIZ DE ERENCHUN ASTORGACuando recibí en herencia un robot abogado pensé si era una broma. Corría el año 2132 y en la Tierra ya no había que litigar. Tras sangrientas guerras en las que la población quedó diezmada, los supervivientes expresaron una fatiga endémica a cualquier controversia. En pocos años se extinguieron los delincuentes, despidos, divorcios y pleitos. Los abogados se dedicaban a otros quehaceres y fueron sustituidos por robots, los cuales cayeron en desuso, pues estaban programados para asesoramiento, informes jurídicos y juicios.
Intenté que mi robot abogado aprendiera a limpiar el polvo, pasar el mocho o cocinar una lubina, pero se mostró de lo más inútil. Un día, desesperado, por aquello de encontrarle algún valor, acuchillé a mi vecino. Entonces sí acudió diligente y me defendió con pericia. La pérdida del juicio, no impidió su recurso. Al final consiguió mi absolución. Pero lo desconecté tras ello. Prefería tenerlo como objeto decorativo.
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Hombre, Juan Manuel, los abogados también somos capaces de gestionar la paz, no solo estamos preparados para los conflictos jurídicos. Podemos, sin ir más lejos, hasta escribir microrrelatos sobre nosotros mismos, amén de poder ser monologuistas, acostumbrados a perorar y alegar, o camareros a la antigua usanza (de esos que en inglés se llamaban waiters, porque estaban dispuestos a esperar, y nosotros esperamos a menudo a que los jueces vuelvan de tomarse el café y nos hagan entrar en la sala de vistas).
Y te aseguro que podemos limpiar a fondo o cocinar mejor que Lúculo o Bocuse o cualquier famoso chef aún vivo,
Mi voto y suerte.
Apreciado Manuel: gracias por tu voto y tu comentario. Sólo decirte que, al igual que tú, soy abogado, y llevo veinticuatro años de ejercicio. Y me gusta mucho cocinar, cosa que hago todos los fines de semana, creo que estupendamente, para alegría de mi mujer. En mi cuento sólo pretendía ser irónico y reírme de mi mismo. Desde luego no hay ninguna crítica a la profesión que me da de comer y a la que amo profundamente. Un abrazo
Mi comentario era irónico, Juan Manuel, compañero.
De haber estado realmente ofendido no te habría votado.
Perdón por el fake comment.
Hola, J Manuel.
También lo hubiera desconectado, sin duda. Por muy robot que fuese, siempre le faltaría emoción.
Una historia genial. Enhorabuena.
Suerte.
Gracias Towanda. Me alegro que te haya gustado. Un saludo.