Imagen de perfilResquicio legal

Agustín Ruíz Delicado 

Golpes y gritos provenientes del 2º C acompañaban al viento y la lluvia en la fría noche de sábado. Pedro y Ana no atravesaban su mejor momento. No tardó en aparecer la policía, así como los vecinos más indiscretos de la comunidad.

La escena era dantesca. Pedro, con la camisa empapada en sangre, intentaba razonar con la policía, mientras que Ana lloraba sin consuelo.

Pedro pasó los siguientes ocho meses de pleito en pleito y sin conciliar el sueño, en parte debido al gran golpe en la cabeza sufrido ese día.

Finalmente llegó el juicio definitivo, todo fue muy rápido:

—Este tribunal dicta sobreseimiento por falta de pruebas.

Pedro respiró aliviado, se había librado, aunque esta vez fue mucho más complicado que las dos anteriores. Si no se hubiese autolesionado contra el marco de la puerta todo podría haber sido muy diferente.

Algún día conseguirán pillarle. Pero no sería este.

 

+8

 

Queremos saber tu opinión