Alegría en la derrota
Valentina C. Martínez AmigoEl crecimiento de las demandas es brutal, casi frenético.Preferentes, swaps, canje de acciones, claúsulas suelo…el Banco ha sido tan inclusivo al colocar sus diferentes productos financieros, que tenerlo como cliente es especialmente productivo para el despacho con el que colaboro.
Otra cosa es el prurito personal que me aqueja a mí -nieta de anarquista, educada en promover la igualdad de los todos ciudadanos- cuando voy a pasar esas vistas… Me anima pensar que gracias a este empleo pago el alquiler, y puedo seguir en Turno de Oficio -ya sabéis, retribuciones exiguas y enorme responsabilidad– defendiendo a clientes sin medios que me necesitan de verdad; lo que satisface las exigencias de mi conciencia.
Así que entro en sala, dispuesta como siempre a cumplir con mi deber profesional de la mejor manera… esperando de nuevo que su Señoría haga justicia, una vez más. Otra condena al Banco.
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Tu protagonista gana siempre de un modo u otros. Muy buena y bonita historia. Mi voto y enhorabuena!!
¡Muchas gracias por tu voto y tus comentarios!
¡Sé perfectamente de lo que hablas! Un relato fantástico. Enhorabuena y mi voto
¡Muchas gracias Nicolás! Es cierto que a veces no nos es fácil..
La abogada del diablo. Muy chulo
¡Muchas gracias por tus palabras!
La profesionalidad es una cosa y la conciencia otra y no siempre van de la mano. Tu protagonista se alegra de la verdadera justicia, aunque, a nivel personal, tal vez por ello sea peor considerada o gane menos, pero no todo es el dinero, ni mucho menos.
Un relato sobre el verdadero camino frente al impuesto y la tranquilidad con uno mismo.
Un saludo y suerte, Valentina
Es cierto, ese debate lo tenemos muchas veces, no sólo con clientes del Turno de Oficio.¡Gracias por tu comentario!
Muy bien hilado tu relato. Me ha gustado
¡Muchas gracias Luis!