DE CRISTALES Y OTRAS CONTRADICCIONES
Margarita del BrezoNunca imaginé que mi empleo como abogada consistiría en promover el lenguaje inclusivo en el bufete que me contrató por un salario muy inferior al mínimo interprofesional. Superviso que informes, autos y sentencias redactados por mis colegas incluyan a «todos y todas». Y así todos y todas hemos conseguido entrar a formar parte del afamado club de «Empresari@s por la igualdad», que entrevisten a mi jefe en televisión y un crecimiento de clientes exponencialmente productivo.
Como recompensa yo recibo palmaditas en la espalda y palabras de agradecimiento casi a diario. Y un diccionario enciclopédico en cada cumpleaños que no dudo en cargar hasta la azotea y lanzar con fuerza contra el techo de cristal del despacho, a ver si se rompe de una vez. La señora de la limpieza refunfuña mientras recoge los tomos descuajeringados, aunque cuando cree que nadie la ve, golpea enérgicamente el cristal con la fregona.
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Muy ocurrente, veraz y por desgracia real relato, que refleja los abusos salariales y de condiciones laborales que sufren muchos licenciados.
Mi felicitación y mi voto.
Sí, es una pena que se aprovechen de la escasez de ofertas para exprimir la mano de obra, el pie y todo lo que se ponga a su alcance. Y sin vergüenza, oye!!
Gracias, Francisco José.
Muy ocurrente, veraz y por desgracia real relato, que refleja los abusos salariales y de condiciones laborales que sufren muchos licenciados.
Mi felicitación y mi voto.
Pásame la fregona y yo te dejo mi voto. Un saludo.
La fregona, el plumero y una entrada muy chula del diccionario.
Un saludo y mil gracias, Esteban.
Hola, Margarita.
Eres la monda. Me encanta.
Un abrazo gigante y suerte para tu historia.
Tengo ya un punto y coma de locura que empieza a preocupar a los que tengo alrededor.
En fin, espero que no se me pase.
Gracias, Towanda.
Marga, yo también me apunto a darle a ese techo, sí señoraaaa!!
Aplaudo a tus protagonistas, a ti y a tu relato!!!
Un abrazo y un voto enorme!
Marta
Venga, Marta, y sin cortarnos ;-))
Graciasssss
Un relato muy bien escrito, y muy hábil. Cuánto dices sin decirlo. En fin, Margarita, me encanta cómo cuentas las cosas. Un abrazo.
Lo nuestro es un claro ejemplo de encantamiento mutuo.
Bien sabes, Nicolás, que sin buenos lectores no hay buenas historias.
Un abrazo
Enhorabuena por tu relato, es genial.
Suerte y un beso, Margarita.
Muchas gracias, Ana Isabel, siempre amable.
Un beso
Enhorabuena por tu relato, Margarita
Un montón de gracias, Luis.
Las cosas hay que demostrarlas con hechos, no solo con apariencias de cara a la galería, a eso se le llama hipocresía. El intento de ruptura del llamado «techo de cristal», esa barrera laboral invisible tal vez, pero real, entre sexos, en cuando a igualdad, está muy bien representado en esos golpes de diccionario, a lo que se une también la empleada de la limpieza.
Original, actual, reivindicativo, divertido y justo.
Un abrazo, Margarita, junto a mi voto, claro
Son tan buenos tus comentarios como tus relatos, Ángel, así que no sé cómo corresponderte.
Me quedo con todos los adjetivos para añadirlos al diccionario a ver si ahora, con tu ayuda, el golpe es más certero.
Un abrazo y mil gracias.
Gran micro, Margarita. No dejes de golpear ese dichoso techo de cristal que ya no puede tardar en saltar por los aires.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Aquí sigo, dale que te pego, Pilar, y nunca mejor dicho.
Lo conseguiremos, vaya que sí.
Besos de esos tuyos ;-))
Enhorabuena por tu historia. Desvela una gran hipocresía reinante. Mi voto, suerte y un abrazo.
A ver si además del techo, rompemos también algunos sustantivos como el que mencionas, Juan Manuel.
Por cierto, qué de cosas eres capaz de dar solo en una línea: gracias!!!
Un abrazo
Margarita, un relato genial.
Esa imagen del diccionario intentando romper ese techo de cristal es muy buena, una gran metáfora con la realidad. Y si a eso le unes la imagen de la mujer de la limpieza es el contrapunto ideal.
Muy bueno.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Espero coincidri contigo en marzo, este mes no estaré por aquí.
Quiero aprovechar para felicitarte aquí por ese relato ganador del mes de enero en la MICROBIBLIOTECA, felicidades.
Besos.
Javier, eres mi vocero de las buenas noticias, cómo agradecerte tanto!!
Siento que no ande tu historia este mes por aquí; por suerte tú sí que estás, como siempre.
Gracias. Muchas.
Besos
Qué bueno, amiga!!
¡Qué alegría! Gracias.
Romper los malditos techos de cristal. Hacía años que no escuchaba descuajeringados.
En cuanto me descuido se me escapa alguna palabra de la infancia y juventud. Es lo bueno de tener ya tantas etapas recorridas (supongo).
Venga, no te cortes con el cristal.
Ingenioso y reivindicativo a partes iguales: muy bien. Voto.
Gracias, Manuel. Por venir hasta aquí y por votar. A partes iguales.
Un diccionario incapaz de expresar lo que se quiere decir, palabras sin la fuerza suficiente para romper cristales, macrojuicios preparados por nanosalarios de pasante a media jornada… Ahora, eso sí, la pagina web muy inclusiva y muy medioambiental y muy solidaria y muy… hipócrita. Y todo lo cuentas con ese verbo ágil, ácido, genial y malhumorado. Con ese malhumor que provoca una sonrisa a la vez que nos interpela. Enhorabuena amiga. Relato ganador.
¡Con lecturas así quién necesita escribir bien!
Has diseccionado a la perfección el relato y no solo no has perdido detalle si no que has añadido tu buen saber de letrado (a ti se te nota que eres abogado, chico, qué lo vamos a hacer, a resignarme tocan).
De lo que no sé si alegrarme es de que ya hayas percibido mi mal humor, y eso que lo escondo muy requetebien bajo los adverbios terminados en mente, que son más profundos y pensantes que los otros, o eso creía yo.
A sus pies, don Ángel.