EXIMENTE COMPLETA
ANTONIO TORIBIOS GARCIANo sé si una oficina de empleo es el mejor sitio para enamorarse. El caso es que mi cliente cayó flechado por Cupido ante una administrativa que se parecía tremendamente a Ana Belén. El hombre ya no dio pie con bola, y tan pronto enloquecía viendo “Zampo y yo”, como se ponía a cantar a voz en grito “Paxariños”. “Promover el crecimiento productivo, así como el empleo de un lenguaje inclusivo…”, leía en los temas de oposición, y se excitaba aún más. Así hasta los destrozos que provocaron su detención.
“Pero, buen hombre –le digo–, ¿no le parece que es usted ya mayor para estas chiquilladas?”
Y él, enfadado, saca su cartera atestada y me enseña la foto de un Paul Newman debutante.
“Mire, me las saqué hoy para el carné. ¿Le parezco viejo?”
“Creo que me quedo corto con lo de “enajenación transitoria”, señor juez”, digo al fin.
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Eximente absolutamente completa, sin lugar a dudas. Muy buen relato. Enhorabuena y mi voto
Nadie está libre de sufrir un flechazo, sin que en ello intervenga la razón, solo el corazón manda, sin tener en cuenta diferencias de edad, momentos y lugares y otros convencionalismos y circunstancias. Dicen que por amor se disculpan muchas cosas, pero esa denuncia y el juicio posterior contra el protagonista parecen justificados. La razón del acusado parece en entredicho de una forma que, más que transitoria, se diría permanente.
Original relato, Antonio. Me alegra verte por aquí. Como se dice por estos lares, ahí va mi voto, junto a mi abrazo
Divertido relato.
Mi voto y suerte!
Qué caos más absolutamente entrañable.
Un personaje encantador.
Suerte, Antonio.
Una oficina de empleo? El mejor sitio, sin duda.
Antonio, tu cliente merece la absolución o ser condenado a estar enamorado a cadena perpeétua.
Te deseo suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.