Identidad
María Gil SierraCuando la conocí, todavía se llamaba Juan. Pero en su brillante currículum ya figuraba el nombre de Elena. Por supuesto, el empleo fue para ella. Como director de recursos humanos nunca lo dudé. Y eso que se encontraba en medio de un proceso personal muy complicado. No necesité demasiado tiempo para comprobar que había hecho la mejor elección. Con ella aumentó rápidamente nuestra capacidad productiva. Su lema, “Por una sociedad inclusiva”, se convirtió en el leitmotiv del bufete. Nunca pensé que tantos clientes buscasen nuestros servicios. Y todos pedían que los representase Elena. Así que el crecimiento de su reputación se desbordó. Hasta la revista Time se hizo eco de su lucha por promover la integración. Quisieron entrevistarla. Y ella los rechazó aduciendo que estaba muy ocupada. No mentía. Ese mismo día, comenzaba nuestro viaje de novios.
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Precioso micro pro inclusividad.
Enhorabuena, María.
Un abrazo gigantesco y suertísima.
Me quedo con ganas de saber más de tus protas. Enhorabuena y mi voto.
Felicidades por tu relato, María. Me ha gustado mucho. Suerte con él.
Te envío mi voto y un abrazo.
Esa sí que es una integración efectiva y un reconocimiento justo de quien lucha por la igualdad y demuestra, además, gran valía. El narrador, parte fundamental de la historia como se desvela al final, conoce de primera mano todas las virtudes de Elena.
Un abrazo, María.. Como se dice por aquí, ahí va mi voto.
Excelente relato, María. Lo has contado tan bien. Mi apoyo y mi voto para la inclusión de Juan/Elena. Mucha suerte.
Besos apretados.
Muy bueno. Mi voto y buena suerte a la pareja de tu historia.
Parecía un cuento, pero el final te deja un excelente regusto a realidad.