Imagen de perfilEMPATÍA POR UN CANALLA

Inma Polo Gil 

Desde que mi mujer supo que era un alcohólico, un manirroto y vio mi perfil de citas en internet, la comisión de dichos agravios ha sido mi debacle. Vencido en mi propio terreno, perdí su amor y, de paso, la custodia de los niños. Aquella sentencia fue un fiasco. No cabía recurso y el pronunciamiento desestimatorio me sumía en un valle de lágrimas. Ambos, como Letrados en ejercicio, sabíamos que la sentencia debía ser acatada. Al día siguiente de saber el resultado del pleito, me llamó. Menos mal que mi ex aún guarda una pizca de inmerecida bondad como para empatizar con un canalla inmisericorde como yo. Comprendió que debía dejar que continuara viendo a mis pequeños, aunque en el fondo yo no fuera realmente su padre.

 

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