Y SE HIZO LA LUZ
Leticia Morillo CanalesEl destinatario era yo, estaba claro. La factura de mi compañía de electricidad presentaba el desglose habitual: período de facturación, potencia contratada…, pero aquel importe desorbitado sobrepasaba claramente las cifras recitadas diariamente por los medios de comunicación. Me lancé rápidamente a navegar por internet. Rastreé opiniones de otros usuarios con los que empatizar y encontrar consuelo ante una desgracia común. Muchos de ellos habían obtenido un pronunciamiento desestimatorio a sus pretensiones, aumentando mi desesperación. Yo era de los que habían racionalizado el consumo e incluso tenía configurada una alarma que coincidía con el inicio de la hora valle. No podía hacer otra cosa, trabajando a comisión y con el yugo de la pandemia. Conversando después con una abogada de mi bufete vi la luz: ¿y si fuese víctima de un enganche ilegal? Pensé entonces en mi vecino Mateo y su presunta afición por el cultivo de hierbas de la risa.
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Hola, Leticia.
Seguro que era Mateo el culpable.
Suerte.
Muchas gracias, María Sergia! Yo creo que sí, que la clave está en Mateo!
Digna heredera es genial! Enhorabuena!
Microrrelato magistral y de rabiosa actualidad. Enhorabuena!
Muchas gracias, Miguel!
¿Dónde vive Mateo exactamente?… Gran relato, bien escrito y bien resuelto. Enhorabuena, mi voto y un saludo
Muchas gracias, Nicolás!!
Tal y como están las cosas, también «ver la luz» sale demasiado caro.
Un saludo, Leticia