PAZ PARA UN DESERTOR
Inma Polo GilEl peso del rencor que soportaba Fyodor era proporcional al de congoja por su condena. Cuando la conciliación internacional falló, le enseñaron que no podía negarse a tomar las armas contra sus iguales, aun contra el país vecino. Él prefería morir a vivir subyugado, teniendo que cargar con vidas inocentes. Desde el interior de la lóbrega celda de aquella prisión militar en Moscú, se oyeron pasos acercándose. Su hermana Katerina, abogada, venía de Kiev a defenderle en la corte marcial. Venía acompañada de dos funcionarios, armada solo con un maletín y un código bajo el brazo. Comprendí realmente a qué venía, cuando abrió el maletín y vi un frasco con un sospechoso líquido escondido en un doble fondo.
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Me encanta Inma. Tocas la fibra sensible tratando un tema tan delicado. Es la otra cara de Rusia trasladada al corazón de su odio. Desgarrador micro para disfrutar de no uno, sino dos personajes muy singulares. Mi enhorabuena, suerte y mi voto.
Gracias Irina. Es penoso ver al pueblo ruso ser castigado por invocar el «no a la guerra». Un saludo.
Asombroso microrrelato que narra la más cruda de las realidades. Enhorabuena
Gracias David. Un saludo.
CRUDA PERO REAL DE LA ACTUALIDAD, CON UN GRAN TOQUE HUMANO.Y SENTIMIENTO DE AMOR HACIA LOS DEMÁS
Muchas gracias, Álvaro. Un sabio dijo una vez: «no hay acto de más amor, que dar la vida por los demás». Un saludo.