LA PERMUTA
José Antonio Guzmán de LázaroSoy apolítica. Nunca había asistido a una manifestación. A esta tampoco iría. Grandes discursos, grandes proclamas feministas y grandes pancartas. Se reclamaría lo de siempre: exigir igualdad de derechos para la mujer, suprimir la brecha salarial, legislar para conciliar trabajo y familia… me pareció una pérdida de tiempo. Preferí seguir con mi demanda. Tenía que recuperar una finca rústica que mi cliente había heredado de una tía suya. En la escritura de permuta comparecía Dª Sagrario (la tía) y su marido, D. Eulogio. Me pregunté qué pintaba allí el marido si la finca dada en permuta era privativa de Sagrario. Recordé que hasta 1975, nuestro código civil equiparaba el consentimiento de la mujer casada al de los menores, los locos, los dementes y los sordomudos. La presencia del marido era, por consiguiente, preceptiva. Pensé en Sagrario. Llovía. Cogí el paraguas y me uní a la marea violeta. Había que mojarse.
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Gran alegato.
«visto para sentencia…» ¡gracias, José Ignacio!
Me ha gustado mucho, cuentas con mi voto.
Muchas gracias, Carolina.
Un excelente micro con razones para unirse a la marea violeta. Mi voto y enhorabuena.
¡Siempre hay alguna razón!. Muchas gracias, Juan Manuel.
Vale la pena unirse a algunas mareas. Te envío mi voto, JAntonio. Saludos!
Algunas cosas sí valen la pena. Muchas gracias, MCarmen.
Está muy bien. Huyes de los topicazos y explicas la ley para llegar a un final con una conclusión redonda. Te doy mi voto.
Hola Victoria Eugenia.
El tema se presta a tópicos y a lugares comunes…
Muchas gracias por tu comentario y por tu voto.