¡EL CINCO!

Germán Repetto Ferreyoli · ALBALATE DE ZORITA (Guadalajara) 

Su pacto con el cliente había sido firmado el día anterior en el hotel en que se alojaba, y no había sido fácil llegar al acuerdo. No era de recibo que intentara imponerle que si le condenaban debería renunciar a sus honorarios. Por eso le exigió una jugosa provisión. El caso no era sencillo: un delito de contrabando de efectos estancados, unos cartones de bingo sustraídos de las dependencias de Hacienda y que después puso a la venta en su Sala de juego. Su cliente estaba sentado en el banquillo y parecía disfrutar ampliamente de su papel de acusado. Los tres magistrados, el fiscal y el abogado del Estado también sonreían abiertamente, todos ellos bolígrafo en mano. Le extrañó ver al agente judicial bebiendo una gaseosa al tiempo que gritaba: ¡Audiencia pública! Seguidamente el Presidente exclamó con voz cavernosa: …Seguimos para bingo…. ¡EL CINCO! … Y despertó sudoroso.

 

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