Años Después

Victoria Trigo Bello · La Joyosa (Zaragoza) 

Desde el principio del caos que se desató en el pueblo con el embarazo de aquella muchacha de diecisiete años, Gabriel mantuvo el juramento que hizo a su madre de que sería abogado. ¡Cuántos sacrificios para que ese chico listo que acudía al colegio lleno de zurcidos y rodilleras pudiera matricularse en la Facultad…! Fue en la resaca de una verbena cuando esa golfilla adolescente estuvo a punto de truncarle el porvenir. ¡Vaya usted a saber qué número le montarían en casa a Gabriel por haberse dejado engatusar por semejante fresca…! “Madre, terminaré la carrera de casado”. La señora Socorro se fue al otro mundo antes de que naciera esa criatura a la que Gabriel reconoció como hija, aunque cualquier mozo de la comarca podría haber sido el padre. Décadas después, alguien sorprendió a Gabriel mirando con ternura a un joven procurador.

 

 

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