Poco juicio

Marcos Dios Almeida · Vilaboa (Pontevedra) 

Tuve que juzgarlo por provocar un accidente de tráfico después de haberse tomado unas copas de más: era cuestión de principios. Y aunque algunos opinaban que mi hijo debía ser condenado por otros, yo había hecho el solemne juramento de resultar imparcial ante cualquier caso acaecido en el ámbito de mi jurisdicción. Consecuentemente, lo sentencié a dos años de cárcel y a que indemnizara a aquella chica que se había salvado de milagro. Pero como el alcoholismo es un problema de índole cultural, este sábado asistí a una boda en las Ons, y después de la mariscada vinieron las copas de champán… Recuerdo haber caminado hasta los cantiles, mi caída por aquel terraplén y como marqué el número de emergencias pidiendo socorro. Con todo, lo que tengo más presente es el pésimo ejemplo que he dado, así como esta resaca que remueve mis sienes cual tempestuosa procela en alta mar.

 

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