Imagen de perfilCUESTIÓN DE PRINCIPIOS.

Juan José Castillo Peñarrocha 

El mero turno correlativo decidió mi selección. Negándose a designar a su defensa, más por simple afán de notoriedad que por diáfano activismo, el problemático usuario de Twitter se convirtió, de oficio, en mi incómodo cliente.
Con unos recursos económicos familiares desproporcionados a su cuestionable calidad comunicadora y escaso argumentario, mi indeseado cliente me obligó, con una más que meritoria premura derivada de su desidia, a articular su defensa con dos principales objetivos: intentar sin esperanza alguna un inaccesible sobreseimiento, y llegar a percibir unos honorarios profesionales imposibles de obtener sin litigar por ellos.
Con la plena convicción de encontrarme ejerciendo la defensa de una inestable combinación de niñato y mentecato, di por buena la experiencia y, ocho días antes de la fecha señalada para la celebración del juicio, renuncié a su defensa. Sin justificación.
Al menos libré a mi imagen de verse vinculada, en algunos medios, a la suya.

 

+2

 

Queremos saber tu opinión

2 comentarios

  • One of Brian’s childhood friends grew up to become a priest and was able to connect the LaViolette Foundation to Pope Francis, approaching the Pope’s team with the idea of donating a watch to support the organization. It took about six months, link but Pope Francis eventually agreed to donate his personal Swatch, which he can be seen wearing in a number of photos since he became Pope in 2013.

     
  • I would link imagine that would be the way things would go if you wore the Rewind consistently for a while. Eventually, your brain would do a sort of «soft reset» and end up learning how to read the watch. But the moment you took the Cartier Rewind off, you’d either struggle to tell the time on a normal watch or quickly lose all the progress you made «learning» the Rewind.