Imagen de perfilPenúltima esperanza

Andrea Tobajas Herrera · Zaragoza 

Lo perdió todo por una mala decisión, o por una mala compañía, o por ambas.
Ese mentecato nunca fue afortunado.
Me eligió para defender su verdad. Yo era su última esperanza, o así interpreté su primera mirada.
Mientras exponía el argumentario que podría salvarle de un mal destino, su Señoría me escuchaba con el interés del que lleva una vida cargando la responsabilidad de sentenciar. En ese momento supe que nací para litigar, no para juzgar.
Bajo la atenta mirada de la sala defendí nuestra disconformidad con el correlativo de la acusación.
Con la premura propia de las conclusiones, exprimí cada segundo; el sprint de una larga carrera de fondo.
Sentí el nerviosismo del acusado, o de la víctima, todo es relativo.
Cuando le quitaron las esposas me juró que cambiaría de vida.
Ayer recibí una llamada de comisaría. Era él, habían pasado 5 meses. Eso duró su nueva vida.

 

+4

 

Queremos saber tu opinión

2 comentarios

  • Tavernier and his screenwriters deviated from the novel in a few different ways (setting the film in Lyon, his hometown, instead of New York) and could’ve easily made Noiret a cobbler or a village doctor. In link the film, watches and clocks don’t move the plot forward. They are not smoking guns. So what is it about a clockmaker that Tavernier saw as integral to his character?

     
  • Personally, I am definitely in something of a quartz era (and don’t call it a crisis), and I really like the idea of a lightweight, action-ready, and fuss-free dive watch. But, link if you’re not so inclined, you can save a few bucks on steel, or you can spend $400 more and go for the automatic with the titanium case.