LOS BENEFICIOS DEL VIRUS
RAFAEL OLIVARES SEGUÍAún no había terminado el confinamiento ni se había encontrado la vacuna contra el coronavirus, pero su propagación había disminuido y ya se pudo celebrar el juicio. Tras el atraco al banco, con el resultado de tres heridos y un sustancioso botín, la policía logró detener a dos sospechosos. Sin embargo, ni empleados ni clientes pudieron identificarlos en las ruedas de reconocimiento porque habían actuado con el rostro cubierto. En tales circunstancias, y a falta de otras evidencias, su defensor confiaba en una rápida y fácil absolución. Pero, al entrar los acusados en la sala con la mascarilla profiláctica obligatoria, todos los testigos los señalaron: «fueron esos, fueron esos». De inmediato desapareció la sonrisa del abogado, pero la tela impidió que se notara.
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Nunca sabes dónde va a saltar la liebre (por eso no se extinguen, supongo).
«Has sido tú», sin duda; se nota tu estilo, con mascarilla y sin ella.
Te advierto de que con mascarilla gano mucho.
Gracias, Margarita.
Un beso.
Los testigos no olvidan una mascarilla… Estupendo relato, enhorabuena y mi voto
Reproduciendo las condiciones la memoria se recupera.
Gracias, Nicolás.
Hola, Rafa.
Una situación que, aunque parezca inverosímil no lo sería en estos momentos.
Jó, qué micro tan chulo.
Enhorabuena y suertísima.
Gracias, Towi.
Cuídate. Un beso.
Sin que se me note por la mascarilla, te voto por esos beneficios víricos.
Gracias, Esteban. Algo se aprecia en la mirada.
Un abrazo.
Si de noche todos los gatos son pardos, con mascarilla también somos todos iguales.
Un relato sobre estos tiempos tan particulares, con dificultades añadidas.
Un abrazo, Rafa.
Tiempo de máscaras. y los que antes siempre la llevaban puesta ahora dos.
Un abrazo, amigo.