DESCANSO DE PRIMAVERA
Pedro Escribano PatróEra primavera y los árboles amanecían cubiertos por el rocío de la mañana. Marina se encontraba a punto de viajar para defender un último recurso contra una empresa que iba a gestar una idea revolucionaria. Su trabajo era transversal, lo que la llevaba a desplazarse constantemente, y ella se debía a su labor de manera casi religiosa.
Mientras hacía la maleta, no podía evitar pensar en el futuro. Tal vez la vida le sonreiría con algo que le apartara un poco del estrés y la rutina. Tanto era así que se había descuidado en lo personal. Necesitaba protección, un respiro… En ese momento fue consciente.
Suspiró, cerró la maleta y se apoyó sobre la cornisa del ventanal de su apartamento. La brisa mecía los árboles y también sus pensamientos. Aquel sería el último caso antes de un parón, por su bien, por su futuro, y, sobre todo, por ella misma.