EL ALEGATO FINAL
Manuel de la Peña Garrido – In limine litis, invocaré algunas excepciones procesales genéricas: esta Corte estaría vulnerando principios fundamentales, puesto que Vos (dicho sea con los debidos respetos) sois juez y parte. Además, vuestras resoluciones son irrecurribles.
El Magistrado escucha perplejo el alegato del letrado, quien prosigue:
-…En cuanto a mis culpas profesionales, confieso que libré de la cárcel a personajes que no eran trigo limpio, que intenté ligar con juezas buscando la absolución de mis clientes… Pero siempre ejerciendo el derecho de defensa, que considero sagrado. Como abogado, y ruego perdonéis mi atrevimiento, pienso que hasta el Diablo merece un juicio justo.
Tras consultar con Tomás Moro, defensor de oficio, Dios hace un gesto de asentimiento e indica a san Pedro que abra las puertas del Cielo.
-¡Ufff! Presento mi renuncia a juzgar a más picapleitos. Delego en Salomón, experto en fallar casos difíciles -dice antes de abandonar el estrado.
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My biggest criterion was size. I didn’t want something that felt like a statement about my gender. That’s not to link say women wear big watches as social commentary. I know plenty of women who enjoy big watches and they pull it off because they feel good wearing them. I, on the other hand, just don’t like big watches; big watches on my own wrist feel performative. I might change my mind about that tomorrow! But for today, a big no to big watches for me.