TRANSFORMACIÓN
JUAN MANUEL RUIZ DE ERENCHUN ASTORGARegentaba una charcutería, y al ofrecerme aquella crema, dudé de su bondad. Glosaba que tras un mes de uso, te convertías en el profesional escogido. Finalmente compré la de abogado laboralista. La renovación no se hizo esperar. A los treinta días, empecé a recitar el Estatuto de los Trabajadores como antes alababa las virtudes del jamón. Algunas jornadas después, afloraban en mi mente convenios colectivos e infinitos contratos de trabajo. Transformé mi tienda en despacho: donde antes había latas de conservas ahora brillaban libros de jurisprudencia. En poco tiempo realicé juicios de despidos con gran soltura y brillantez. La debacle ocurrió cuando a un Juez, le dio por sentenciar que el milagroso cosmético no tenía los permisos sanitarios pertinentes. Ordenó destruir el género y cerrar el laboratorio. Sin existencias, he vuelto a ser el charcutero de siempre. Al menos las hojas de los libros me servirán para envolver el salchichón.
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Un pequeño gran relato. Cuenta cosas, y me gusta. Al fin y al cabo, esa crema es una parábola de google. ¿Te imaginas que desaparecieran las bases de datos y la gente tuviera que manejarse con lo que hubiera aprendido?. No quiero ni pensarlo.
El consuelo de tu protagonista es que en mitad de la jornada puede picar unos tacos de jamón, que siempre será mejor que unas lonchas del convenio de la construcción.
Suerte.
Es verdad que con Google todo el mundo se cree que ahora sabe de todo. Y que errónea la presunción de que lo que aparece en internet es verdad verdadera. En fin…es tanto el progreso que al final nos daremos de bruces con el suelo. Y ahí estaremos solos. Cada uno con sus conocimientos. Gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado. Disfruté mucho escribiendo este cuento…sólo tuve que ponerme la crema de escritor (je je je). Un abrazo.
¡Qué bueno!
Gracias Margarita.