EL ÁNGEL

Juanjo Gutiérrez Guardiola · Barcelona 

La vigilia de Pascua entro en mi habitación y veo a un ángel caído en el suelo. Lo incorporo, lo acuesto en la cama y lo examino minuciosamente. Tomo la decisión de cortarle las alas y hacerlo pasar por mi legítimo esposo. Su amnesia contribuye a que todo salga a pedir de boca. Pero todo sale mal. Mi marido (¡que es un ángel de hombre!) toma un desvío de su destino y contrata a un puntilloso abogado que ahora me dirige la palabra: “hágase a la idea que mi cliente introduce una cláusula en el contrato de matrimonio que la obliga a encontrar un antídoto contra la muerte en menos de seis meses. En caso contrario, yo me convertiré en su nuevo esposo… ¿Qué dice a esto, señora? ¿Se ve usted capaz?”

 

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