Un único deseo
Gabriel Pérez MartínezLos mares están repletos de plástico. Riachuelos y arroyos, de vertidos químicos. Ya sólo encontramos peces en pantanos, piscifactorías y acuarios, así como en piscinas públicas y particulares.
La nueva ley, de la que una asociación de abogados entre los que me incluyo fue impulsora, permite el baño entre doradas, lubinas y boquerones. Los niños montan caballitos de mar, las mujeres siguen huyendo de los pulpos y los hombres, buscando sirenas.
Yo continúo con la pesca. Me ayuda a estructurar la información relativa a un caso, pero desde que no puedo hacerlo en aguas abiertas, no he vuelto a ganar ningún juicio y me aterra perder el otro.
Ojalá nos hubiéramos tomado en serio conservar la Tierra como la heredamos.
Ojalá algún día podamos recuperarla, ese es mi deseo para la Navidad que se acerca. Entretanto, lloro amargamente mientras escucho: “Pero mira cómo beben los peces en el río”.
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Gabriel, inauguro tus comentarios y tus votos. Te deseo muchísima suerte.
Una historia tan real como la vida misma. Hermoso deseo. Espero que algún día sea una realidad.
Besos apretados, amigo.
Gabriel, una gran alegría coincidir contigo por aquí.
Un relato genial, que juegas mucho con el doble sentido de las palabras. Y con un final muy bueno.
Te dejo mi voto y te deseo mucha suerte.
Un abrazo.
Los pobres peces, en poco tiempo, solo van a poder beber residuos. Ese villancico clásico, tan sano, contrasta con la invasión tóxica que parece imparable. Ese «único deseo» de tu protagonista debería ser el de todos nosotros, pues solo juntos podremos volver a restablecer todo el daño que hacemos.
Me alegra verte por aquí, Gabriel.
Un abrazo y suerte
Me ha encantado tu micro. Enhorabuena y mi voto.
«Los niños montan caballitos de mar, las mujeres siguen huyendo de los pulpos y los hombres, buscando sirenas». Me encanta esta frase. Tienes mi voto, un saludo!
A mi también me ha gustado mucha frase y me ha venido a la cabeza esa de los tipos «calamar» que llenan todo de tinta para despistar, confundir, oscurecer y escapar…
Un curioso parque temático en el que confluyen los peces y el hombre. Muy original, muy bien contado. Enhorabuena y mi voto.