Apoteósico final
Miguel Angel Gayo Sánchez · SevillaEn la repetición de los actos encontrarán la maestría, le gustaba decir a nuestro emérito catedrático de Derecho. En su honor improvisé una maqueta de la sala de vistas en el garaje de mi casa a tamaño natural. El banco de bricolage me servía de improvisado estrado. Detrás, simulando ser su señoría, sentaba a mi muñeca hinchable vestida con la toga de magistrada. En aquel escenario me lancé a la arena de la interpretación, practiqué la correcta lectura de informes, ajusté el tono de la voz, la pose chulesca, el andar sobrado… Pero en los seres humanos la repetición nos acerca al vicio. Esa es la triste condena de los que buscan la perfección ¡¨Qué pensaría el emérito catedrático si se enterase del apoteósico final que me suelo marcar con mi voluptuosa señoría?