Arenas movedizas

Marina Sánchez Pascual · Granollers (Barcelona) 

Tengo en mi despacho arenas movedizas que me ayudan en mi trabajo. Realmente ellas sólo se dedican a engullir. Pero, ¡cómo engullen! ¡Qué manera de comerse los inacabables informes, las empalagosas sentencias y demás! Ni becarios, ni recién licenciados, ni fichajes estrella me habían quitado nunca tanta faena como ellas. Las tengo resguardadas en una pecera, pero ocasionalmente noto que se sienten estrechas, sobre todo después de trabajar, y entonces las libro de esa condena sacándolas de ahí, esparciéndolas por toda la sala. Luego me acomodo y observo el panorama: es como tener la maqueta de un árido desierto, donde dossiers y carpetas llenas, cual esqueletos de animales muertos de sed, perecen en la soledad del paisaje. “¿Se puede saber qué narices haces con todo por el suelo lleno de arena?”, hay quien pregunta. “Si te lo dijera, no te lo creerías.” Suelo responder, cuando respondo.

 

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