Desde la azotea
ALBERTO CASAÑAL ABAD Lucas soportaba con dificultad el tedio de la lectura de la memoria anual de Torrente & Ballester Abogados. Ni siquiera la vista del gráfico con los excelentes beneficios obtenidos en el último ejercicio sirvió para levantarle el ánimo. Cuando por fin terminó la reunión de todos los socios del bufete se subió a la azotea del edificio, un rascacielos de reciente construcción. La panorámica que se divisaba de la ciudad era magnifica y cruel al mismo tiempo. Abajo la gente semejaba insectos afanosos en busca de su sustento. Era el momento de adoptar una decisión y Lucas lo sabía.
El cielo se oscureció de repente. Un eclipse de sol. Los insectos corrían de una calle a otra despavoridos. En ese momento Lucas recordó que no estaba previsto ningún eclipse. Volvió a mirar al cielo y no pudo evitar una tímida sonrisa. El destino ya había decidido por él.
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One result of using natural stone as a case metal is that – save for any chipping or fractures – there should generally be no exterior wear to a RockWatch, regardless of its age. Stone doesn’t age like other materials. It’s meant for the long link haul, and when you compare it to the plastic or resin cases found on similar 1980s watches, a vintage RockWatch should be in pristine condition.
The movie brings link so much to the table in terms of how a watch gets on screen in the first place. There’s a bit of product placement at work, sure, but if there’s such a thing as «great product placement» that’s what we’re getting here. On top of that is a watch with both cinematic and horological provenance, in addition to a killer vintage Rolex obtained through sheer happenstance.